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martes, 23 de noviembre de 2021

Lección 327/Libro de Ejercicios de UCDM

Lección 327 en vídeo-audio/Lina Custode

 

Lección 327



No necesito más que llamar y Tú me contestarás.





11. ¿Qué es la creación?

1. La creación es la suma de todos los Pensamientos de Dios, en número infinito y sin límite alguno en ninguna parte. Sólo el Amor crea, y únicamente a Su semejanza. Jamás hubo tiempo alguno en el que todo lo que creó no existiese. Ni jamás habrá tiempo alguno en que nada que haya creado sufra merma alguna. Los Pensamientos de Dios han de ser por siempre y para siempre exactamente como siempre han sido y como son: inalterables con el paso del tiempo, así como después de que éste haya cesado.

2. Los Pensamientos de Dios poseen todo el poder de su Creador. Pues Él quiere incrementar el Amor extendiéndolo. Y así, Su Hijo participa en la creación, y, por lo tanto, no puede sino compartir con su Padre el poder de crear. Lo que Dios ha dispuesto que sea uno eternamente, lo seguirá siendo cuando el tiempo se acabe, y no cambiará a través del tiempo, sino que seguirá siendo tal como era antes de que surgiera la idea del tiempo.

3. La creación es lo opuesto a todas las ilusiones porque es la verdad. La creación es el santo Hijo de Dios, pues en la creación Su Voluntad es plena con respecto a todo, al hacer que cada parte contenga la Totalidad. La inviolabilidad de su unicidad está garantizada para siempre, perennemente a salvo dentro de Su santa Voluntad, y más allá de cualquier posibilidad de daño, separación, imperfección o de nada que pueda mancillar en modo alguno su impecabilidad.

4. Nosotros, los Hijos de Dios, somos la creación. Parecemos estar separados y no ser conscientes de nuestra eterna unidad con Él. Sin embargo, tras todas nuestras dudas y más allá de todos nuestros temores, todavía hay certeza, pues el Amor jamás abandona Sus Pensamientos, y ellos comparten Su certeza. El recuerdo de Dios se encuentra en nuestras mentes santas, que son conscientes de su unicidad y de su unión con su Creador. Que nuestra función sea únicamente permitir el retorno de este recuerdo y que Su Voluntad se haga en la tierra, así como que se nos restituya nuestra cordura y ser solamente tal como Dios nos creó.

5. Nuestro Padre nos llama. Oímos Su Voz y perdonamos a la creación en Nombre de su Creador, la Santidad Misma, Cuya santidad Su creación comparte con Él; Cuya santidad sigue siendo todavía parte de nosotros.





Lección 327

No necesito más que llamar y Tú me contestarás.




1. No se me pide que acepte la salvación sobre la base de una fe ciega. Pues Dios ha prometido que oirá mi llamada y que Él Mismo me contestará. Déjame aprender mediante mi experien­cia que esto es verdad, y es indudable que llegaré a tener fe en Él. Esa es la fe que no se quebranta y que me llevará cada vez más lejos por la senda que conduce hasta Él. Pues así estaré seguro de que Él no me ha abandonado, de que aún me ama y de que sólo espera a que yo lo llame para proporcionarme toda la ayuda que necesite para poder llegar a Él.

2. Padre, te doy las gracias porque sólo con que ponga a prueba Tus promesas jamás tendré la experiencia de que no se cumplen. Permíta­seme, por lo tanto, ponerlas a prueba en vez de juzgarlas. Tú eres Tu Palabra. Tú provees los medios a través de los cuales arriba la convic­ción, haciendo así que por fin estemos seguros de Tu eterno Amor.



Lección 327 en mente uno. (Clic)





Citas.  Sueño del olvido:


El sueño del olvido no es más que nuestra renuencia a recordar Tu perdón y Tu amor. No nos dejes caer en la tentación, pues la tentación del Hijo de Dios no es Tu Voluntad. Y déjanos recibir únicamente lo que Tú has dado, y aceptar sólo eso en las mentes que Tú creaste y que amas. Amén.   

T-16.VII.12:4-7 (Texto, capítulo 16, apartado VII, párrafo 12, oraciones 4 a 7).



EL CANTO DE ORACIÓN

La oración, el perdón, la sanación

3. LA SANACIÓN


IV. La santidad de la sanación.


6. Vengan a Mí, Mis niños, una vez más, sin tales pensamientos retorcidos en sus corazones. Aún son santos con la Santidad Que los creó en perfecta impecabilidad, y aún los rodea con los brazos de la paz. Sueñen ahora con la sanación. Luego levántense y abandonen para siempre todo soñar. Son aquel a quien Su Padre ama, quien nunca abandonó su hogar, ni vagó por un mundo salvaje con los pies sangrantes, y con Un pesado corazón endurecido contra el Amor que es la verdad en ustedes. Entreguen todos sus sueños a Cristo y permitan que sea Él su Guía hacia la sanación, y que los conduzca en la oración más allá de los lamentables alcances del mundo.

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