Lección 313 en vídeo-audio/Lina Custode |
Lección 313
Que venga a mí ahora una nueva percepción.
10. ¿Qué es el juicio Final?
1. El Segundo Advenimiento de Cristo le confiere al Hijo de Dios este regalo: poder oír a la Voz que habla por Dios proclamar que lo falso es falso y que lo que es verdad jamás ha cambiado. Y éste es el juicio con el que a la percepción le llega su fin. Lo primero que verás será un mundo que ha aceptado que esto es verdad, al haber sido proyectado desde una mente que ya ha sido corregida. Y con este panorama santo, la percepción imparte una silenciosa bendición y luego desaparece, al haber alcanzado su objetivo y cumplido su misión.
2. El juicio Final sobre el mundo no encierra condena alguna. Pues ve a éste completamente perdonado, libre de pecado y sin propósito alguno. Y al no tener causa ni función ante los ojos de Cristo, simplemente se disuelve en la nada. Ahí nació y ahí ha de terminar. Y todas las figuras del sueño con el que el mundo comenzó desaparecen con él. Los cuerpos no tienen ahora ninguna utilidad, por lo tanto, desaparecen también, pues el Hijo de Dios es ilimitado.
3. Tú que creías que el juicio Final de Dios condenaría al mundo al infierno junto contigo, acepta esta santa verdad: el juicio de Dios es el regalo de la Corrección que le concedió a todos tus errores. Dicha Corrección te libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. Tener miedo de la gracia redentora de Dios es tener miedo de liberarte totalmente del sufrimiento, del retorno a la paz, de la seguridad y la felicidad, así como de tu unión con tu propia Identidad.
4. El Juicio Final de Dios es tan misericordioso como cada uno de los pasos de Su plan para bendecir a Su Hijo y exhortarlo a regresar a la paz eterna que comparte con él. No tengas miedo del amor, pues sólo él puede sanar todo pesar, enjugar todas las lágrimas, y despertar tiernamente de su sueño de dolor al Hijo que Dios reconoce como Suyo. No tengas miedo de eso. La salvación te pide que le des la bienvenida. Y el mundo espera tu grata aceptación de ella, gracias a lo cual él se liberará.
5. Este es el juicio Final de Dios: “Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre amoroso y por siempre amado, tan ilimitado como tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Despierta, pues, y regresa a Mí. Yo soy tu Padre y tú eres Mi Hijo”.
Lección 313
Que venga a mí ahora una nueva percepción.
1. Padre, hay una visión que ve todas las cosas sin mancha alguna de pecado, lo cual indica que el miedo ha desaparecido, y que en su lugar se ha invitado al amor. Y éste vendrá dondequiera que se le invite. Esta visión es Tu regalo. Los ojos de Cristo contemplan un mundo perdonado. Ante Su vista todos los pecados del mundo quedan perdonados, pues Él no ve pecado alguno en nada de lo que contempla. Permite que Su verdadera percepción venga a mí ahora, para poder despertarme del sueño de pecado y ver mi impecabilidad en mi interior, la cual Tú has conservado completamente inmaculada en el altar a Tu santo Hijo, el Ser con Quien quiero identificarme.
2. Contemplémonos hoy los unos a los otros con los ojos de Cristo. ¡Qué bellos somos! ¡Cuán santos y amorosos! Hermano, ven y únete a mí hoy. Salvamos al mundo cuando nos unimos. Pues en nuestra visión el mundo se vuelve tan santo como la luz que mora en nosotros.
Lección 313 en mente uno. (Clic)
Hay una manera en que el Espíritu Santo te pide que le prestes tu ayuda, si quieres disponer de la
Suya. El instante santo es el recurso más útil de que Él dispone para protegerte de la atracción de la
culpabilidad, que es el verdadero señuelo de la relación especial. No te das cuenta de que ése es el
verdadero atractivo de la relación especial, debido a que el ego te ha enseñado que la libertad reside
en ella. Sin embargo, mientras más detenidamente examines la relación especial, más claro te
resultará que no puede sino fomentar la culpabilidad, y que, por lo tanto, no puede sino aprisionar.
T-16.VI.3 (Texto, capítulo 16, apartado VI, párrafo 3).
EL CANTO DE ORACIÓN
La oración, el perdón, la sanación
3. LA SANACIÓN
4. Este suave pasaje a una oración más elevada, a un amable perdón de las maneras del mundo, sólo puede recibirse con agradecimiento. Pero primero la verdadera sanación tiene que haber llegado a bendecir la mente con amoroso perdón por los pecados con los que soñó y puso sobre el mundo. Ahora sus sueños se desvanecen en tranquilo descanso. Ahora su perdón viene a sanar el mundo y está lista para partir en paz, el viaje concluido y las lecciones aprendidas.
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