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lunes, 8 de noviembre de 2021

Lección 312/Libro de Ejercicios de UCDM

Lección 312 en vídeo-audio/Lina Custode



Lección 312



Veo todas las cosas como quiero que sean.





10. ¿Qué es el juicio Final?

1. El Segundo Advenimiento de Cristo le confiere al Hijo de Dios este regalo: poder oír a la Voz que habla por Dios proclamar que lo falso es falso y que lo que es verdad jamás ha cambiado. Y éste es el juicio con el que a la percepción le llega su fin. Lo primero que verás será un mundo que ha aceptado que esto es verdad, al haber sido proyectado desde una mente que ya ha sido corregida. Y con este panorama santo, la percepción imparte una silenciosa bendición y luego desaparece, al haber alcanzado su objetivo y cumplido su misión.

2. El juicio Final sobre el mundo no encierra condena alguna. Pues ve a éste completamente perdonado, libre de pecado y sin propósito alguno. Y al no tener causa ni función ante los ojos de Cristo, simplemente se disuelve en la nada. Ahí nació y ahí ha de terminar. Y todas las figuras del sueño con el que el mundo comenzó desaparecen con él. Los cuerpos no tienen ahora ninguna utilidad, por lo tanto, desaparecen también, pues el Hijo de Dios es ilimitado.

3. Tú que creías que el juicio Final de Dios condenaría al mundo al infierno junto contigo, acepta esta santa verdad: el juicio de Dios es el regalo de la Corrección que le concedió a todos tus errores. Dicha Corrección te libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. Tener miedo de la gracia redentora de Dios es tener miedo de liberarte totalmente del sufrimiento, del retorno a la paz, de la seguridad y la felicidad, así como de tu unión con tu propia Identidad.

4. El Juicio Final de Dios es tan misericordioso como cada uno de los pasos de Su plan para bendecir a Su Hijo y exhortarlo a regresar a la paz eterna que comparte con él. No tengas miedo del amor, pues sólo él puede sanar todo pesar, enjugar todas las lágrimas, y despertar tiernamente de su sueño de dolor al Hijo que Dios reconoce como Suyo. No tengas miedo de eso. La salvación te pide que le des la bienvenida. Y el mundo espera tu grata aceptación de ella, gracias a lo cual él se liberará.

5. Este es el juicio Final de Dios: “Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre amoroso y por siempre amado, tan ilimitado como tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Despierta, pues, y regresa a Mí. Yo soy tu Padre y tú eres Mi Hijo”.





Lección 312

Veo todas las cosas como quiero que sean.




1. La percepción se deriva de los juicios. Habiendo juzgado, vemos, por lo tanto, lo que queremos contemplar. Pues el único propósito de la vista es ofrecernos lo que queremos ver. Es imposible pasar por alto lo que queremos ver o no ver lo que hemos decidido contemplar. ¡Cuán inevitablemente, pues, se alza el mundo real ante la santa visión de aquel que acepta el propósito del Espíritu Santo como aquello que desea ver! No puede dejar de contemplar lo que Cristo quiere que vea, ni de amar con el Amor de Cristo lo que contempla.

2. Mi único propósito hoy es contemplar un mundo liberado, libre de todos los juicios que he emitido. Padre, esto es lo que Tu Voluntad dispone para mí hoy, por lo tanto, no puede sino ser mi objetivo también.







Citas.  Libertad, liberación:



El amor es libertad. Ir en su busca encadenándote a ti mismo es separarte de él. ¡Por el Amor de Dios, no sigas buscando la unión en la separación ni la libertad en el cautiverio! Según concedas libertad, serás liberado. No te olvides de esto, o, de lo contrario, el amor será incapaz de encontrarte y ofrecerte consuelo.  

T-16.VI.2 (Texto, capítulo 16, apartado VI, párrafo 2).





EL CANTO DE ORACIÓN


La oración, el perdón, la sanación

3. LA SANACIÓN 

II. Sanación falsa frente a sanación. 


3. Lo llamamos muerte, pero es libertad. No viene en formas que parecen ser dolorosamente impuestas sobre una carne renuente, sino como una amable bienvenida a la liberación. Si ha habido verdadera sanación, esta puede ser la forma en la cual la muerte llega cuando es tiempo de descansar un poco de la labor gustosamente realizada y gustosamente terminada. Ahora vamos en paz a climas más suaves y aires más libres, donde no es difícil ver que los regalos que dimos fueron guardados para nosotros. Pues Cristo es más claro ahora; Su visión más sostenida en nosotros; Su Voz, la Palabra de Dios, más ciertamente nuestra. 

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