Lección 217 en vídeo-audio |
SEXTO REPASO.
Lección 217
1. (197) No puede ser sino mi propia gratitud la que me gano.
¿Quién debe dar gracias por mi salvación sino yo mismo?
¿Y cómo sino a través de la salvación puedo encontrar el Ser a Quien debo estarle agradecido?
No soy un cuerpo. Soy libre.
Pues aún soy tal como Dios me creó.
Pues aún soy tal como Dios me creó.
Citas. Milagros:
Tú que tan aferrado estás a la culpabilidad y tan comprometido a seguir así, ¿cómo ibas a poder
establecer por tu cuenta tu inocencia? Eso es imposible. Asegúrate, no obstante, de que estás
dispuesto a reconocer que es imposible. Lo único que limita la dirección del Espíritu Santo es que
crees que puedes estar a cargo de una pequeña parte de tu vida o que puedes lidiar con ciertos
aspectos de ella por tu cuenta. De esta manera, quieres convertir al Espíritu Santo en alguien que no
es confiable, y valerte de esta imaginaria inconfiabilidad como una excusa para ocultar de Él ciertas
lecciones tenebrosas que has aprendido. Y al así limitar la dirección que deseas aceptar, eres incapaz
de depender de los milagros para que resuelvan todos tus problemas.
T-14.XI.8 (Texto, capítulo 14, apartado XI, párrafo 8).
PSICOTERAPIA
3. En el proceso que tiene lugar en esta relación, en realidad, el terapeuta en su corazón le dice al paciente que todos sus pecados han sido perdonados, junto con los propios. ¿Qué diferencia podría haber entre la sanación y el perdón? Sólo Cristo perdona, pues conoce Su impecabilidad. Su visión sana la percepción y la enfermedad desaparece. Y no regresará de nuevo, una vez su causa se ha eliminado. Esto, sin embargo, necesita la ayuda de un terapeuta muy avanzado, capaz de unirse con el paciente en una relación santa en la cual todo sentido de separación, finalmente, se supera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario