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Lección 234
Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo.
2. ¿Qué es la salvación?
1. La salvación es la promesa que Dios te hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él. Y Él no puede dejar de cumplirla. Garantiza que al tiempo le llegará su fin, al igual que a todos los pensamientos que se originaron en él. La Palabra de Dios se le concede a toda mente que cree tener pensamientos separados, a fin de reemplazar, esos pensamientos de conflicto con el Pensamiento de la paz.
2. El Pensamiento de la paz le fue dado al Hijo en el mismo instante en que su mente concibió el pensamiento de la guerra. Antes de eso no había necesidad de ese Pensamiento, pues la paz se había otorgado sin opuestos y simplemente era. Una mente dividida, no obstante, tiene necesidad de curación. Y así, el Pensamiento que tiene el poder de subsanar la división pasó a formar parte de cada fragmento de la mente que seguía siendo una, pero no reconocía su unidad. Al no conocerse a sí misma, pensó que había perdido su Identidad.
3. La salvación es un des-hacer en el sentido de que no hace nada, al no apoyar el mundo de sueños y de malicia. De esta manera, las ilusiones desaparecen. Al no prestarles apoyo, deja que simplemente se conviertan en polvo. Y lo que ocultaban queda ahora revelado: un altar al santo Nombre de Dios donde Su Palabra está escrita, con las ofrendas de tu perdón depositadas ante él, y tras ellas, no mucho más allá, el recuerdo de Dios.
4. Acudamos diariamente a este santo lugar y pasemos un rato juntos. Ahí compartimos nuestro sueño final. Es éste un sueño en el que no hay pesares, pues contiene un atisbo de toda la gloria que Dios nos ha dado. En él se ve brotar la hierba, los árboles florecer y los pájaros hacer sus nidos en su ramaje. La tierra nace de nuevo desde una nueva perspectiva. La noche ya pasó, y ahora nos hemos unido en la luz.
5. Desde ahí le extendemos la salvación al mundo, pues ahí fue donde la recibimos. El himno que llenos de júbilo entonamos le proclama al mundo que la libertad ha retornado, que al tiempo casi le ha llegado su fin y que el Hijo de Dios tan sólo tiene que esperar un instante antes de que su Padre sea recordado, los sueños hayan terminado, la eternidad haya disuelto al mundo con su luz y el Cielo sea lo único que exista.
Lección 234
Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo.
1. Hoy vislumbraremos el momento en que los sueños de pecado y de culpa hayan desaparecido y hayamos alcanzado la santa paz de la que nunca nos habíamos apartado. Sólo un instante ha transcurrido entre la eternidad y lo intemporal. Y fue tan fugaz, que no hubo interrupción alguna en la continuidad o en los pensamientos que están eternamente unidos cual uno solo. Jamás ocurrió nada que perturbase la paz de Dios el Padre ni la del Hijo. Hoy aceptamos la veracidad de este hecho.
2. Te agradecemos, Padre, que no podamos perder el recuerdo de Ti ni el de Tu Amor. Reconocemos nuestra seguridad y Te damos las gracias por todos los dones que nos has concedido, por toda la amorosa ayuda que nos has prestado, por Tu inagotable paciencia y por habernos dado Tu Palabra de que hemos sido salvados.
Lección 234 en mente uno. (Clic).
Comentario de Jorge Pellicer.
¿Qué es la salvación?
Lecciones 231 a 240.
Citas. Instante santo:
Mas nunca le podrás dar al Espíritu Santo ese instante santo en favor de tu liberación, mientras
no estés dispuesto a dárselo a tus hermanos en favor de la suya. Pues el instante de la santidad es un
instante que se comparte, y no puede ser sólo para ti.
T-15.I.12: 1-2 (Texto, capítulo 15, apartado I párrafo 12, oraciones 1 y 2).
PSICOTERAPIA
3. LA PRÁCTICA DE LA PSICOTERAPIA
II. ¿Es la psicoterapia una profesión?
7. De todos modos, es cuando el juicio cesa que el sanar ocurre, pues sólo entonces puede
entenderse que no hay orden de dificultad en la sanación. Este es un entendimiento necesario para el
sanador sanado. Ha aprendido que no es más difícil despertar a un hermano de un sueño que de
otro. Ningún terapeuta profesional puede retener esta comprensión en su mente de manera estable, y
ofrecerla a todo el que viene a él. Hay algunos en este mundo que han llegado muy cerca, pero no
han aceptado el regalo completamente para poder quedarse y hacer que su comprensión permanezca
en la tierra hasta el final de los tiempos. Difícilmente se los podría llamar terapeutas profesionales.
Son los Santos de Dios. Son los Salvadores del mundo. Su imagen permanece, pues han elegido que
así sea. Remplazan otras imágenes, y ayudan con sueños amables.
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