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Lección 237
Ahora quiero ser tal como Dios me creó.
2. ¿Qué es la salvación?
1. La salvación es la promesa que Dios te hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él. Y Él no puede dejar de cumplirla. Garantiza que al tiempo le llegará su fin, al igual que a todos los pensamientos que se originaron en él. La Palabra de Dios se le concede a toda mente que cree tener pensamientos separados, a fin de reemplazar, esos pensamientos de conflicto con el Pensamiento de la paz.
2. El Pensamiento de la paz le fue dado al Hijo en el mismo instante en que su mente concibió el pensamiento de la guerra. Antes de eso no había necesidad de ese Pensamiento, pues la paz se había otorgado sin opuestos y simplemente era. Una mente dividida, no obstante, tiene necesidad de curación. Y así, el Pensamiento que tiene el poder de subsanar la división pasó a formar parte de cada fragmento de la mente que seguía siendo una, pero no reconocía su unidad. Al no conocerse a sí misma, pensó que había perdido su Identidad.
3. La salvación es un des-hacer en el sentido de que no hace nada, al no apoyar el mundo de sueños y de malicia. De esta manera, las ilusiones desaparecen. Al no prestarles apoyo, deja que simplemente se conviertan en polvo. Y lo que ocultaban queda ahora revelado: un altar al santo Nombre de Dios donde Su Palabra está escrita, con las ofrendas de tu perdón depositadas ante él, y tras ellas, no mucho más allá, el recuerdo de Dios.
4. Acudamos diariamente a este santo lugar y pasemos un rato juntos. Ahí compartimos nuestro sueño final. Es éste un sueño en el que no hay pesares, pues contiene un atisbo de toda la gloria que Dios nos ha dado. En él se ve brotar la hierba, los árboles florecer y los pájaros hacer sus nidos en su ramaje. La tierra nace de nuevo desde una nueva perspectiva. La noche ya pasó, y ahora nos hemos unido en la luz.
5. Desde ahí le extendemos la salvación al mundo, pues ahí fue donde la recibimos. El himno que llenos de júbilo entonamos le proclama al mundo que la libertad ha retornado, que al tiempo casi le ha llegado su fin y que el Hijo de Dios tan sólo tiene que esperar un instante antes de que su Padre sea recordado, los sueños hayan terminado, la eternidad haya disuelto al mundo con su luz y el Cielo sea lo único que exista.
Lección 237
Ahora quiero ser tal como Dios me creó.
1. Hoy aceptaré la verdad acerca de mí mismo. Me alzaré glorioso, y dejaré que la luz que mora en mí irradie sobre el mundo durante todo el día. Le traigo al mundo las buenas nuevas de la salvación que oigo cuando Dios mi Padre me habla. Y contemplo el mundo que Cristo quiere que yo vea, consciente de que pone fin al amargo sueño de la muerte; consciente de que es la llamada que mi Padre me hace.
2. Cristo se convierte hoy en mis ojos, y en los oídos que escuchan hoy la Voz que habla por Dios. Padre, vengo a Ti a través de Aquel que es Tu Hijo, así como mi verdadero Ser. Amén.
Lección 237 en mente uno. (Clic).
Comentario de Jorge Pellicer.
¿Qué es la salvación?
Lecciones 231 a 240.
Citas. Expiación:
La Expiación tiene lugar en el tiempo, pero no es para el tiempo. Puesto que se encuentra en ti, es eterna. Lo que encierra el recuerdo de Dios no puede estar limitado por el tiempo, del mismo modo en que tú tampoco puedes estarlo. Pues sólo si Dios estuviese limitado, podrías estarlo tú. El instante que se le ofrece al Espíritu Santo se le ofrece a Dios en tu nombre, y en ese instante despiertas dulcemente en Él.
T-15.II.1:1-5 (Texto, capítulo 15, apartado II párrafo 1, oraciones 1 a 5).
PSICOTERAPIA
3. LA PRÁCTICA DE LA PSICOTERAPIA
II. ¿Es la psicoterapia una profesión?
10. No olvides que cualquier forma de especialismo debe ser defendida, y lo será. El terapeuta inofensivo tiene la fuerza de Dios con él, pero el terapeuta ofensivo (o defensivo) ha perdido de vista la Fuente de su salvación. No ve y no oye. ¿Cómo puede, entonces, enseñar? Pues es la Voluntad de Dios que él tome su puesto en el plan para la salvación. Pues es la Voluntad de Dios que ayude a su paciente a unirse a él allí. Pues su incapacidad de ver y oír no limita al Espíritu Santo en manera alguna. Excepto en el tiempo. En el tiempo puede haber un gran retraso entre el ofrecimiento y la aceptación de la sanación. Este es el velo que cubre el rostro de Cristo. Pero no puede ser sino una ilusión, pues el tiempo no existe y la Voluntad de Dios ha sido siempre exactamente como es.
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