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martes, 17 de agosto de 2021

Lección 229/Libro de Ejercicios de UCDM

Lección 229 en vídeo-audio




Lección 229


El Amor, que es lo que me creó, es lo que soy.





1. ¿Qué es el perdón?

1. El perdón reconoce que lo que pensaste que tu hermano te había hecho en realidad nunca ocurrió. El perdón no perdona pecados, otorgándoles así realidad. Simplemente ve que no hubo pecado. Y desde este punto de vista todos tus pecados quedan perdonados. ¿Qué es el pecado sino una idea falsa acerca del Hijo de Dios? El perdón ve simplemente la falsedad de dicha idea y, por lo tanto, la descarta. Lo que entonces queda libre para ocupar su lugar es la Voluntad de Dios.

2. Un pensamiento que no perdona es aquel que emite un juicio que no pone en duda a pesar de que es falso. La mente se ha cerrado y no puede liberarse. Dicho pensamiento protege la proyección, apretando aún más sus cadenas de manera que las distorsiones resulten más sutiles y turbias, menos susceptibles de ser puestas en duda y más alejadas de la razón. ¿Qué puede interponerse entre una proyección fija y el objetivo que ésta ha elegido como su deseada meta?

3. Un pensamiento que no perdona hace muchas cosas. Persigue su objetivo frenéticamente, retorciendo y volcando todo aquello que cree que se interpone en su camino. Su propósito es distorsionar, lo cual es también el medio por el que procura alcanzar ese propósito. Se dedica con furia a arrasar la realidad, sin ningún miramiento por nada que parezca contradecir su punto de vista.

4. El perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no hace nada. No ofende ningún aspecto de la realidad ni busca tergiversarla para que adquiera apariencias que a él le gusten. Simplemente observa, espera y no juzga. El que no perdona se ve obligado a juzgar, pues tiene que justificar el no haber perdonado. Pero aquel que ha de perdonarse a sí mismo debe aprender a darle la bienvenida a la verdad exactamente como ésta es.

5. No hagas nada, pues, y deja que el perdón te muestre lo que debes hacer a través de Aquel que es tu Guía, tu Salvador y Protector, Quien, lleno de esperanza, está seguro de que finalmente triunfarás. Él ya te ha perdonado, pues ésa es la función que Dios le encomendó. Ahora tú debes compartir Su función y perdonar a aquel que Él ha salvado, cuya inocencia Él ve y a quien honra como el Hijo de Dios.





Lección 229

El Amor, que es lo que me creó, es lo que soy.




1. Busco mi verdadera Identidad, y la encuentro en estas pala­bras: "Soy Amor, pues el Amor fue lo que me creó". Ahora no necesito buscar más. El Amor ha prevalecido. Ha esperado tan quedamente mi regreso a casa, que ya no me volveré a apartar de la santa faz de Cristo. Y lo que contemple dará testimonio de la verdad de la Identidad que procuré perder, pero que mi Padre conservó a salvo para mí.

2. Padre, te doy gracias por lo que soy, por haber conservado mi Identi­dad inalterada e impecable en medio de todos los pensamientos de pecado que mi alocada mente inventó. Y te doy gracias también por haberme salvado de ellos. Amén.




Lección 229 en mente uno. (Clic).


Comentario de Jorge Pellicer.
¿Qué es el perdón?
Lecciones 221 a 230.




Citas. El infierno:



Creer en el infierno es ineludible para aquellos que se identifican con el ego. Sus pesadillas y sus miedos están asociados con él. El ego te enseña que el infierno está en el futuro, pues ahí es hacia donde todas sus enseñanzas apuntan. Su objetivo es el infierno. Pues aunque tiene por finalidad la muerte y la disolución, él mismo no cree en ello. El objetivo de muerte que ansía para ti, le deja insatisfecho. Nadie que siga sus enseñanzas puede estar libre del miedo a la muerte. Sin embargo, si se pensase en la muerte simplemente como el fin del dolor, ¿se le tendría miedo?



T-15.I.4: 1-8 (Texto, capítulo 15, apartado I párrafo 4, oraciones 1 a 8).







PSICOTERAPIA



3. LA PRÁCTICA DE LA PSICOTERAPIA


II. ¿Es la psicoterapia una profesión?





2. Primero, el terapeuta profesional se encuentra en una posición excelente para demostrar que no hay orden de dificultad en la sanación. Para esto, sin embargo, necesita adiestramiento especial, puesto que el currículo mediante el cual se convirtió en terapeuta probablemente le enseñó poco o nada sobre los principios reales de la sanación. De hecho, probablemente le enseñó cómo hacer imposible la sanación. La mayoría de las enseñanzas del mundo siguen un currículo en el juzgar, con el objetivo de convertir al terapeuta en un juez.

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