Citas. El error:
Un error, en cambio, no es algo atractivo.
Lo que ves claramente como una equivocación deseas
que se corrija.
A veces un pecado se comete una y otra vez, con resultados obviamente angustiosos,
pero sin perder su atractivo.
Mas de pronto cambias su condición, de modo que de ser un pecado
pasa a ser simplemente un error. Ahora ya no lo seguirás cometiendo; simplemente no lo volverás a
hacer y te desprenderás de él, a menos que todavía te sigas sintiendo culpable.
Pues en ese caso no
harás sino cambiar una forma de pecado por otra, reconociendo que era un error pero impidiendo su
corrección.
Eso no supone realmente un cambio en tu percepción, pues es el pecado y no el error el
que exige castigo.
T-19.III.3 (Texto, capítulo 19, apartado III, párrafo 3).
MANUAL DEL MAESTRO
17. ¿Cómo lidian los maestros de Dios con los pensamientos mágicos?
3. Lo más fácil es permitir que el error se corrija allí donde es más evidente, y los errores se reconocen por sus resultados. Una lección que verdaderamente se ha enseñado no puede conducir sino a la liberación del maestro y del alumno que han compartido un mismo propósito. El ataque puede producirse únicamente si han percibido objetivos separados. Y éste debe ser el caso si el resultado es cualquier otra cosa que no sea dicha.
El hecho de que el maestro de Dios tenga una sola meta, hace que el objetivo dividido del alumno se enfoque en una sola dirección y que la llamada de ayuda se convierta en su única petición. Ésta se contesta fácilmente con una sola respuesta, y esta respuesta llegará sin lugar a dudas a la mente del maestro. Desde ahí irradiará a la mente del alumno, haciéndola así una con la suya.
Enlace a la Lección del día
Lección 67 /Libro de Ejercicios de UCDM (clic).
No hay comentarios:
Publicar un comentario