Citas. Conservar la culpabilidad:
El círculo de temor yace justo debajo del nivel que los ojos del cuerpo* perciben, y aparenta ser la base sobre la que el mundo descansa.
Ahí se encuentran todas las ilusiones, todos los pensamientos distorsionados, todos los ataques dementes, la furia, la venganza y la traición que se concibieron con el propósito de conservar la culpabilidad, de modo que el mundo pudiese alzarse desde ella y mantenerla oculta.
Su sombra se eleva hasta la superficie lo suficiente como para conservar sus manifestaciones más externas en la obscuridad, y para causarles desesperación y mantenerlas en la soledad y en la más profunda tristeza. Su intensidad, no obstante, está velada tras pesados cortinajes, y se mantiene aparte de lo que se concibió para ocultarla.
El cuerpo es incapaz de ver esto, pues surgió de ello para ofrecerle protección, la cual depende de que eso no se vea.
Los ojos del cuerpo nunca lo verán. Pero verán lo que dicta.
T-18.IX.4 (Texto, capítulo 18, apartado IX, párrafo 4).
A través del “mínimo de buena voluntad”, si se lo permitimos, el Espíritu Santo, el Gran Maestro, toma el cuerpo al igual que todo lo fabricado por el ego en este plano, y lo re-interpreta, convirtiéndole en un instrumento al servicio de la consecución de nuestra paz, sanándole y transformándole en una herramienta de comunicación con nuestros semejantes al servicio del Gran Plan de Dios.
12. ¿Cuántos maestros de Dios se necesitan para salvar al mundo?
6. La unicidad y la enfermedad no pueden coexistir. Los maestros de Dios eligen ver sueños por un tiempo.
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