Santiago Ruiz |
A Santiago Ruiz le conocí en el ámbito de la tensegridad. Poco después colaboré en la corrección de su obra En manos del Espíritu. Aventurero y explorador, de mente clara y verbo torrencial, le agradezco su participación con este texto que a nadie dejará indiferente.
Gracias Santiago, por servir de referencia, por ser un con-científico del Espíritu lleno de honestidad y valentía.
Un canto a la Con-Ciencia del Espíritu
En este orbe humano que vivimos en Occidente de sobre-estimulación sensorial, de sobrecarga de información y de saturación del tiempo disponible de vida, a lo mejor no es mala idea detener por un momento “la peli” y observar, tal y como hacen los guerreros del Camino Tolteca: “parar el mundo”.
No es tarea fácil, ya que la inercia nos arrastra. Este movimiento inercial provoca -en incontables casos- que las personas que sienten que necesitan un recordatorio de lo que hay más allá de la tropelía diaria, no consigan conectar con algo que no pase de ser una idea prefabricada, una etiqueta sin profundidad ni contenido real. Y es que para observar detenidamente, pues eso, hay que detenerse.
Observar el paso del tiempo, los movimientos internos físicos, mentales y emocionales con sus interconexiones y dependencias, los movimientos sociales a pequeña, media y gran escala, los vínculos naturales que enlazan todo lo que existe… el dibujo es tan vasto, tan rico, tan infinito, que su sola contemplación induce a un estado de éxtasis y asombro, más allá de toda creencia, idea preconcebida o pre-juicio. Cuando se habla de “Espiritualidad”, se convocan demasiadas etiquetas adheridas a la palabrita y es muy difícil -por ello- comunicarse con nitidez y sin sesgadas o erróneas interpretaciones.
Las palabras, en demasiados casos y debido a las prisas (y por ello, a la ausencia de contemplación real), acaban dibujando una realidad difusa, demasiado esquemática o incompleta del objeto aludido. Y cuando ese “objeto” es el Espíritu, la cosa se transforma en una feria de apariciones terroríficas, dogmas de diversas religiones o sectas, desfile de figuras míticas de maestros, gurús y seres de todos los rangos y tipos, dudas enroscadas en los límites de la mente condicionada o programada, competiciones de Verdades Absolutas, espectáculos de egos de todo tipo y forma…
Vaya, que se me pide que hable del Espíritu y la Conciencia y lo primero que me digo es:
“¿Cómo crear un espacio limpio donde poder verter mi visión y experiencia, que provienen de la contemplación sosegada y la verificación directa, sin que las palabras que use llamen a conceptos preconcebidos, sin que se piense que pretendo haber descubierto ninguna verdad absoluta o revolucionaria? ¿Cómo desnudar las palabras de toda connotación, para construir un edificio verbal limpio y preciso que aluda a hechos que están más allá de mi creencia, de la suposición, de la interpretación buena o mala y del deseo de que la realidad se adapte a lo que yo quiero que sea? ¿Cómo exponer lo que con mucho trasciende cualquier lenguaje idiomático humano, hasta donde yo sé?”
Dicho de modo más simple: ¿cómo lo cuento para que se entienda? ¿Cómo dejo archi-claro que nunca deseo ni pontificar, ni convencer, ni exaltar, ni engañar, ni manipular, ni seducir? ¿Que lo único que deseo es exponer mi experiencia viva en el Camino del Guerrero, sin pretender tener la razón o demostrar que alguien no la tiene, sin afán de nada que no sea simplemente compartir lo que he visto, oído, sentido con todo el ser y sin olvidar que puedo estar equivocado?
Me planteo todo esto porque, si he de hablar de Conciencia y Espíritu, lo único que puedo hacer hoy es aseverar desde la experiencia que la Conciencia y el Espíritu son uno -o dos aspectos de la misma cosa-, como lo son la luz del Sol y la temperatura que la acompaña. Y ambas no son el Sol, sino el modo en que lo percibimos. Convencido como estoy de que es posible (y crucialmente necesario desde un punto de vista social) el desarrollo y expansión de una Ciencia del Espíritu, hoy sostengo que esa Ciencia viene a ser la Con-Ciencia del Espíritu. Llamémosle Espíritu, ya que es muy difícil darle otro nombre en nuestro contexto y aún así, éste no acaba de ser válido. Yo, por mi tradición y formación en el chamanismo, lo llamo Wakantanka Tunkashiláh how!, tal vez simplemente por ser ello tan exótico y tan raro que no carga connotaciones ni desviaciones mil en su significado. Y también, tal vez, porque bajo ese nombre he sido consciente de él, o de ella, o de ello, o de eso… Pero eso, no tiene nombre o tantos como le queramos dar. Cada palabra que existe lo puede denominar, al ofrecer un aspecto de ello. ¿Podemos llamar Océano a la gota de agua o viceversa?
Felizmente ya existen movimientos (aún tímidos) dentro de la vanguardia de la Ciencia Occidental, que apuntan en la dirección del estudio de la Conciencia Humana como fenómeno per se y que condiciona todo el edificio de lo que sabemos o creemos que sabemos: el hecho perceptivo humano que sucede porque existe un Yo que observa y más aún, que sabe que es, que se observa a sí mismo, tornándose consciente de estar consciente.
Este hecho perceptivo y consciente, como todo lo que existe, está imbricado en procesos de índole fisiológica, bioquímica, electromagnética, etc. … Poco a poco, muchas personas van recordando que no podemos separar ningún campo del Conocimiento del hecho obvio -y por ello tantas veces obviado...- de que la Conciencia o Consciencia Humana es la que -en realidad y de modo acorde con los principios de la Mecánica Cuántica- da forma al objeto observado. Aunque no totalmente. Hay más actores en el campo bio-holográfico de lo que llamamos Realidad.
Desde mi punto de vista y como persona absolutamente implicada en el Camino del Conocimiento desde que recuerdo, detener el mundo y observar desde la calma y la ausencia de juicios es una herramienta bastante útil para comprender las conexiones, la profundidad y la infinita vastedad y riqueza de la Realidad más cotidiana y simple. Una herramienta que me permite saber que lo que yo me estoy comiendo, unos huevos fritos con papas a la hora del almuerzo, es (ahí voy, ¿preparados?):
"un conglomerado coherente y consistente de energía que debido a su longitud de onda, lo experimento como materia (vaya usted a saber por qué), cuya estructuración a su vez -a escala sub-atómica- es un asombroso tinglado de probabilidades de encontrar cargas negativas a las que llamamos electrones, rodeando a un supuesto núcleo situado a una distancia comparable a la que separa a la Tierra del Sol y que -en realidad- existe un horizonte de sucesos que delimita el “plano material” del “plano energético” y que yo también soy eso (lo mismo que mi almuerzo: una combinación con permutación de una serie finita y muy reducida de elementos físico-químicos con una formas de combinarse predecibles, en función de la naturaleza de cada uno de ellos), pero que al traspasar el horizonte del fractal para entrar en el siguiente de la red holográfica, yo me percibo a mí mismo como un ente coherente y consistente con entidad propia, hecho a su vez de un sinfín de piezas bioquímicas, orgánicas, celulares…
Y que soy irrelevante en términos de tamaño, si miro hacia fuera y sé que existo en un Cosmos virtualmente infinito que lo es del mismo modo que a escala sub-atómica, pero que el hecho de que yo sea un ser consciente otorga a mi pequeñez e insignificancia un sentido. Como decía un gran maestro Tolteca:
Felizmente ya existen movimientos (aún tímidos) dentro de la vanguardia de la Ciencia Occidental, que apuntan en la dirección del estudio de la Conciencia Humana como fenómeno per se y que condiciona todo el edificio de lo que sabemos o creemos que sabemos: el hecho perceptivo humano que sucede porque existe un Yo que observa y más aún, que sabe que es, que se observa a sí mismo, tornándose consciente de estar consciente.
Este hecho perceptivo y consciente, como todo lo que existe, está imbricado en procesos de índole fisiológica, bioquímica, electromagnética, etc. … Poco a poco, muchas personas van recordando que no podemos separar ningún campo del Conocimiento del hecho obvio -y por ello tantas veces obviado...- de que la Conciencia o Consciencia Humana es la que -en realidad y de modo acorde con los principios de la Mecánica Cuántica- da forma al objeto observado. Aunque no totalmente. Hay más actores en el campo bio-holográfico de lo que llamamos Realidad.
Desde mi punto de vista y como persona absolutamente implicada en el Camino del Conocimiento desde que recuerdo, detener el mundo y observar desde la calma y la ausencia de juicios es una herramienta bastante útil para comprender las conexiones, la profundidad y la infinita vastedad y riqueza de la Realidad más cotidiana y simple. Una herramienta que me permite saber que lo que yo me estoy comiendo, unos huevos fritos con papas a la hora del almuerzo, es (ahí voy, ¿preparados?):
"un conglomerado coherente y consistente de energía que debido a su longitud de onda, lo experimento como materia (vaya usted a saber por qué), cuya estructuración a su vez -a escala sub-atómica- es un asombroso tinglado de probabilidades de encontrar cargas negativas a las que llamamos electrones, rodeando a un supuesto núcleo situado a una distancia comparable a la que separa a la Tierra del Sol y que -en realidad- existe un horizonte de sucesos que delimita el “plano material” del “plano energético” y que yo también soy eso (lo mismo que mi almuerzo: una combinación con permutación de una serie finita y muy reducida de elementos físico-químicos con una formas de combinarse predecibles, en función de la naturaleza de cada uno de ellos), pero que al traspasar el horizonte del fractal para entrar en el siguiente de la red holográfica, yo me percibo a mí mismo como un ente coherente y consistente con entidad propia, hecho a su vez de un sinfín de piezas bioquímicas, orgánicas, celulares…
Y que soy irrelevante en términos de tamaño, si miro hacia fuera y sé que existo en un Cosmos virtualmente infinito que lo es del mismo modo que a escala sub-atómica, pero que el hecho de que yo sea un ser consciente otorga a mi pequeñez e insignificancia un sentido. Como decía un gran maestro Tolteca:
"La Conciencia de Ser la llama de una vela frente a la luz de millones de millones de estrellas…*"
Y que esto que llamo “yo" tiene emociones, piensa, siente, experimenta y acepta o rechaza, sueña… percibe y aprende, está en continuo cambio o movimiento y que estos dos últimos vienen a ser lo mismo en esencia y se manifiestan en todos los planos y escalas como ley universal: nada que exista está quieto o es inmutable. Y que hay millones y millones de otros como yo, pero cada uno con una visión única del Cosmos y de la Realidad, la de cada uno, ya sea más amplia o más limitada. Y que hay otros seres que tienen otras formas de conciencia y con los que me puedo comunicar, como los perros, por ejemplo.
Y que cuando me comunico con seres que no comparten mi código mental idiomático, puedo comunicarme claramente a través de las emociones y hasta puedo crear códigos nuevos comunes con el ser con quien quiero comunicarme. Que todo lo que existe está -en realidad- en un estado de perpetua Comunicación que se manifiesta en procesos de interacción de toda índole: biológicos, energéticos, físicos… que a la postre, lo que yo llamo Realidad es una incomprensiblemente compleja y vasta red interconectada a todas las escalas y en todas las direcciones.
No sé qué carajo soy, pero sé que Soy y estoy consciente de estar en un caldo virtualmente infinito, que con mucho desborda mi capacidad de comprenderlo en su totalidad y sin embargo, busco esa comprensión como camino de crecimiento consciente.
Y sé que vivo en un mundo donde me han contado cómo es cada cosa, lo que es Dios y lo que es mesa, lo que es follar y lo que es tristeza, lo que es huevo y patata y lo que es una Esfinge. Palabras que designan realidades perceptivas… o creadas por la Imaginación Humana. Y que en incontables casos tengo que hacer un ejercicio de creencia, casi de fe, para admitir que la realidad es esto o aquello no porque yo lo haya experimentado, sino porque así me lo han descrito. Y que no siempre, si lo miro con atención y rigor, puedo estar seguro de que sé algo o lo creo y por ende, no siempre puedo deslindar lo que es Real de lo Imaginario, ya que por otro lado, los seres humanos imaginamos cosas continuamente que luego hacemos realidad o tomamos realidades por imaginaciones.
Y además, en estos tiempos asombrosos, si quiero comprender el mundo en el que vivo, tengo que saber lo que es inflación, decrecimiento sostenible, FMI, OTAN, EU, UE, una cantidad pignorada para un aval bancario, una moción de censura y cómo funciona, Cristiano Ronaldo, el túnel de San Gotardo, movimientos migratorios humanos, ética, interés variable, equilibrio emocional, los nombres de mis alumnos o compañeros de trabajo, legislación laboral y prevención de riesgos, que la lejía no se puede beber sin daño, the rain in Spain stay mainly on the plain, cómo preparar una rica paella para 30, la corriente alterna, el Principio de los Vasos Comunicantes, qué es la Ayahuasca, historia de la Masonería y origen de la Cábala, hacer fuego en la chimenea, dónde comprar cartuchos de impresora a buen precio, cambio de aceite y filtros del coche, si prefiero la playa o la montaña o me gustan las dos, los cambios de humor de mi pareja, o mi madre, o mi hijo, o el vecino, Excel, Apple, contr-alt-supr, Tommy Hilfiger, Angelina Jolie, Nobel, pornografía, Vietnam (país actual), Vietnam (guerra de), Vietnam (datos demográficos y de calidad de vida según la UNESCO), Google, Permacultura, basura, Las Leyes de la Termodinámica, el Nylon, Tesla, el Gran arrecife de Coral, Leticia Sabater, qué papel prefiero para limpiarme el culo, el genocidio de Ruanda o Armenia, donde están Doha o Minas Gerais y cómo llegar hasta allí…
Sí, claro. Es una locura.
Una locura que puede ser vista desde el lugar donde, al mismo tiempo, se sabe que se está inmerso en un gran desatino, se es consciente de que en realidad, la capacidad de la Mente humana apenas está explorada. Sostenemos una asombrosa cantidad de información tanto a escala individual como a la planetaria, mientras sé que todo eso apenas es un grano de arena en la playa infinita de la Realidad...
…y aún comiendo mis huevos con papas de almuerzo, observo que existe un orden, definible matemáticamente, en todo. Una coherencia, una inteligencia entendida como un modo asombrosamente complejo y funcional de organización a todas las escalas y en todas direcciones, desde lo microcósmico a lo macrocósmico, pasando por mí, sentado con mi almuerzo y testimoniando todo ello en un momento de silencio contemplativo, en tanto me deleito con el sabor del pan crujiente mojado en la yema con un toque de sal y un sorbo de vino tinto del Somontano.
Y ahí, todo esto que he escrito y que sucede al mismo tiempo en todas direcciones, me provoca un estado de inefable éxtasis contemplativo, en el cual experimento -como una ráfaga de viento luminoso- la Coherencia total, la Mente de la que dimana todo eso, o que lo preside, del mismo modo que eso que llamo “yo”, preside el preciso entramado de realidades bioquímicas, fisiológicas, mentales, emocionales y energéticas conectadas que conforman mi presencia consciente como ser humano.
"Como arriba es abajo", dice un viejo principio Hermético.
Y que cuando me comunico con seres que no comparten mi código mental idiomático, puedo comunicarme claramente a través de las emociones y hasta puedo crear códigos nuevos comunes con el ser con quien quiero comunicarme. Que todo lo que existe está -en realidad- en un estado de perpetua Comunicación que se manifiesta en procesos de interacción de toda índole: biológicos, energéticos, físicos… que a la postre, lo que yo llamo Realidad es una incomprensiblemente compleja y vasta red interconectada a todas las escalas y en todas las direcciones.
No sé qué carajo soy, pero sé que Soy y estoy consciente de estar en un caldo virtualmente infinito, que con mucho desborda mi capacidad de comprenderlo en su totalidad y sin embargo, busco esa comprensión como camino de crecimiento consciente.
Y sé que vivo en un mundo donde me han contado cómo es cada cosa, lo que es Dios y lo que es mesa, lo que es follar y lo que es tristeza, lo que es huevo y patata y lo que es una Esfinge. Palabras que designan realidades perceptivas… o creadas por la Imaginación Humana. Y que en incontables casos tengo que hacer un ejercicio de creencia, casi de fe, para admitir que la realidad es esto o aquello no porque yo lo haya experimentado, sino porque así me lo han descrito. Y que no siempre, si lo miro con atención y rigor, puedo estar seguro de que sé algo o lo creo y por ende, no siempre puedo deslindar lo que es Real de lo Imaginario, ya que por otro lado, los seres humanos imaginamos cosas continuamente que luego hacemos realidad o tomamos realidades por imaginaciones.
Y además, en estos tiempos asombrosos, si quiero comprender el mundo en el que vivo, tengo que saber lo que es inflación, decrecimiento sostenible, FMI, OTAN, EU, UE, una cantidad pignorada para un aval bancario, una moción de censura y cómo funciona, Cristiano Ronaldo, el túnel de San Gotardo, movimientos migratorios humanos, ética, interés variable, equilibrio emocional, los nombres de mis alumnos o compañeros de trabajo, legislación laboral y prevención de riesgos, que la lejía no se puede beber sin daño, the rain in Spain stay mainly on the plain, cómo preparar una rica paella para 30, la corriente alterna, el Principio de los Vasos Comunicantes, qué es la Ayahuasca, historia de la Masonería y origen de la Cábala, hacer fuego en la chimenea, dónde comprar cartuchos de impresora a buen precio, cambio de aceite y filtros del coche, si prefiero la playa o la montaña o me gustan las dos, los cambios de humor de mi pareja, o mi madre, o mi hijo, o el vecino, Excel, Apple, contr-alt-supr, Tommy Hilfiger, Angelina Jolie, Nobel, pornografía, Vietnam (país actual), Vietnam (guerra de), Vietnam (datos demográficos y de calidad de vida según la UNESCO), Google, Permacultura, basura, Las Leyes de la Termodinámica, el Nylon, Tesla, el Gran arrecife de Coral, Leticia Sabater, qué papel prefiero para limpiarme el culo, el genocidio de Ruanda o Armenia, donde están Doha o Minas Gerais y cómo llegar hasta allí…
Sí, claro. Es una locura.
Una locura que puede ser vista desde el lugar donde, al mismo tiempo, se sabe que se está inmerso en un gran desatino, se es consciente de que en realidad, la capacidad de la Mente humana apenas está explorada. Sostenemos una asombrosa cantidad de información tanto a escala individual como a la planetaria, mientras sé que todo eso apenas es un grano de arena en la playa infinita de la Realidad...
…y aún comiendo mis huevos con papas de almuerzo, observo que existe un orden, definible matemáticamente, en todo. Una coherencia, una inteligencia entendida como un modo asombrosamente complejo y funcional de organización a todas las escalas y en todas direcciones, desde lo microcósmico a lo macrocósmico, pasando por mí, sentado con mi almuerzo y testimoniando todo ello en un momento de silencio contemplativo, en tanto me deleito con el sabor del pan crujiente mojado en la yema con un toque de sal y un sorbo de vino tinto del Somontano.
Y ahí, todo esto que he escrito y que sucede al mismo tiempo en todas direcciones, me provoca un estado de inefable éxtasis contemplativo, en el cual experimento -como una ráfaga de viento luminoso- la Coherencia total, la Mente de la que dimana todo eso, o que lo preside, del mismo modo que eso que llamo “yo”, preside el preciso entramado de realidades bioquímicas, fisiológicas, mentales, emocionales y energéticas conectadas que conforman mi presencia consciente como ser humano.
"Como arriba es abajo", dice un viejo principio Hermético.
Si yo soy un ser hecho de órganos conscientes para cumplir su función (no tengo que decirle a mi cuerpo que respire, aunque puedo hacerlo de modo voluntario y ordenar que respire más rápido o más despacio…), y que sin "mi presencia presidente" dejarían rápidamente de funcionar, ¿por qué no iba a suceder eso a otras escalas, de modos que no puedo comprender pero sí atisbar?
No sé si mi “presencia presidente” es el resultado sorprendente del conglomerado bio-físico-químico que soy o es al revés (y es una buena cuestión para explorar e investigar) pero sea como sea que eso se produce… ¿Acaso no se puede atisbar una inteligencia en una ballena, en un bosque o un planeta? ¿O en una estrella?
A Giordano Bruno lo quemaron por ensoñar en este sentido. Porque ensoñar en este sentido, es decir:
…rebasar los límites que los sistemas de creencia propios establecen y asomarse a la contemplación serena y sin juicios de las fronteras de lo que uno sabe -simultáneamente y en todas direcciones- hasta darse cuenta de que uno no sabe nada y aún así, seguir observando y percibiendo con todos los canales internos y externos al unísono...
...ensoñar en este sentido, pues, te puede llevar a la inexplicable pero nítida y perfecta, inapelable conciencia, última y clara, de la existencia de eso que yo llamo Wakantanka Tunkashiláh how! y también de lo que eso es... o de lo que eso parece ser, percibido desde mi conciencia humana limitada: la Conciencia presidente del infinito entramado global.
¿Engaño de los sentidos? ¿Alucinación de una mente soñadora? ¿Espejismo provocado por una herida emocional o mental?
Niet, óxi, no. La Con-Ciencia del Espíritu es posible, pero para ello hay que ser un verdadero científico, un verdadero explorador de lo desconocido y estar dispuesto a exponer las creencias más firmes y sólidas y someterlas a revisión desde un espíritu ecléctico, sereno y sin juicios, para observar y experimentar aquello que aún no tiene nombre, ni nomenclatura… ni lo necesita, tal vez.
Estar dispuesto a salir de lo Conocido, pertrechado con las herramientas necesarias de observación y experimentación, con lucidez y sin nada que defender, para adentrarse en lo Desconocido e –incluso- detectar la presencia infinita de lo Incognoscible, lo que está fuera del alcance del rango de percepción humano y que es, con mucho, la verdadera naturaleza de la Realidad.
¿Tiene sentido todo esto? A tu juicio lo dejo… que pases un excelente día, uno nunca sabe si va a ser el último…
Santiago Ruiz |
A Giordano Bruno lo quemaron por ensoñar en este sentido. Porque ensoñar en este sentido, es decir:
…rebasar los límites que los sistemas de creencia propios establecen y asomarse a la contemplación serena y sin juicios de las fronteras de lo que uno sabe -simultáneamente y en todas direcciones- hasta darse cuenta de que uno no sabe nada y aún así, seguir observando y percibiendo con todos los canales internos y externos al unísono...
...ensoñar en este sentido, pues, te puede llevar a la inexplicable pero nítida y perfecta, inapelable conciencia, última y clara, de la existencia de eso que yo llamo Wakantanka Tunkashiláh how! y también de lo que eso es... o de lo que eso parece ser, percibido desde mi conciencia humana limitada: la Conciencia presidente del infinito entramado global.
¿Engaño de los sentidos? ¿Alucinación de una mente soñadora? ¿Espejismo provocado por una herida emocional o mental?
Niet, óxi, no. La Con-Ciencia del Espíritu es posible, pero para ello hay que ser un verdadero científico, un verdadero explorador de lo desconocido y estar dispuesto a exponer las creencias más firmes y sólidas y someterlas a revisión desde un espíritu ecléctico, sereno y sin juicios, para observar y experimentar aquello que aún no tiene nombre, ni nomenclatura… ni lo necesita, tal vez.
Estar dispuesto a salir de lo Conocido, pertrechado con las herramientas necesarias de observación y experimentación, con lucidez y sin nada que defender, para adentrarse en lo Desconocido e –incluso- detectar la presencia infinita de lo Incognoscible, lo que está fuera del alcance del rango de percepción humano y que es, con mucho, la verdadera naturaleza de la Realidad.
¿Tiene sentido todo esto? A tu juicio lo dejo… que pases un excelente día, uno nunca sabe si va a ser el último…
Colmenarejo, 12 Noviembre
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Danza del Águila
* "La búsqueda de la libertad es la única fuerza que yo conozco. Libertad de volar en ese infinito. Libertad de disolverse, de elevarse, de ser como la llama de una vela, que aun al enfrentarse a la luz de un billón de estrellas permanece intacta, porque nunca pretendió ser más de lo que es: la llama de una vela".
En: CASTANEDA, C.
El arte de ensoñar.
* "La búsqueda de la libertad es la única fuerza que yo conozco. Libertad de volar en ese infinito. Libertad de disolverse, de elevarse, de ser como la llama de una vela, que aun al enfrentarse a la luz de un billón de estrellas permanece intacta, porque nunca pretendió ser más de lo que es: la llama de una vela".
En: CASTANEDA, C.
El arte de ensoñar.
Deleitas con tus palabras y no por alimentar tu ego, solo por darte a conocer que yo disfrute de tu verbo.
ResponderEliminarGracias, es un placer, pues creo que es importante la comunicación en todos sus aspectos y dimensiones, ¡un saludo!
EliminarThanks, Santi. What a great gift...feed ourselves not only with thought and consciousness, but be in touch -as object of observation and observer - within the richness of awareness of what is to live in a living Universe. Thanks for consciously share and give your spirit in this constant creation of life.hugs!Mariana
ResponderEliminarThanks for your beautiful words, dear! Big loving hug!
EliminarY que aproveche desde luego, yo me quedo digiriéndolo camino a ibiza, que a justo a eso voy... a digerir ..., creo que me quedaré con la esencia .... gracias siempre
ResponderEliminar¡Buen viaje un abrazo grande!
Eliminar¡¡CARAMBA!!, lo que dan de sí unos huevos con patatas..JEJE.He disfrutado un montón con tu texto.Gracias por saber expresar tan bien lo que otros solo pre-sentimos.
ResponderEliminarJajaja! Pues sí, y no veas si se trata de una fabada con chorizo... un placer, gracias a ti por tu comentario
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