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Lección 286
La quietud del Cielo envuelve hoy mi corazón.
7. ¿Qué es el Espíritu Santo?
1. El Espíritu Santo es el mediador entre las ilusiones y la verdad. Puesto que tiene que salvar la brecha entre la realidad y los sueños, la percepción conduce al conocimiento a través de la gracia que Dios le ha dado para que sea el regalo que le hace a todo aquel que acude a Él en busca de la verdad. A través del puente que Él tiende se llevan todos los sueños ante la verdad para que la luz del conocimiento los disipe. Allí los sonidos y las imágenes se descartan para siempre. Y donde antes se percibían, el perdón ha hecho posible el tranquilo final de la percepción.
2. El objetivo de las enseñanzas del Espíritu Santo es precisamente acabar con los sueños. Pues todo sonido e imagen tiene que transformarse de testigo del miedo en testigo del amor. Y cuando esto se logre, el aprendizaje habrá alcanzado el único objetivo que jamás tuvo realmente. Pues el aprendizaje, tal como el Espíritu Santo lo utiliza a fin de alcanzar el resultado que Él percibe para él, se convierte en el medio que se transciende a sí mismo, de manera que pueda ser reemplazado por la Verdad Eterna.
3. Si supieses cuánto anhela tu Padre que reconozcas tu impecabilidad, no dejarías que Su Voz te lo pidiese en vano, ni le darías la espalda a lo que Él te ofrece para reemplazar a todas las imágenes y sueños atemorizantes que tú has forjado. El Espíritu Santo entiende los medios que fabricaste para alcanzar lo que por siempre ha de ser inalcanzable. Mas si se los ofreces a Él, Él se valdrá de esos medios que inventaste a fin de exiliarte para llevar a tu mente allí donde verdaderamente se encuentra en su hogar.
4. Desde el conocimiento, donde Dios lo ubicó, el Espíritu Santo te exhorta a dejar que el perdón repose sobre tus sueños para que puedas recobrar la cordura y la paz interior. Sin el perdón, tus sueños seguirán aterrorizándote. Y el recuerdo de todo el Amor de tu Padre no podrá retornar a tu mente para proclamar que a los sueños les ha llegado su fin.
5. Acepta el regalo que Tu Padre te hace. Es un llamamiento que el Amor le hace al Amor para que tan sólo sea lo que es. El Espíritu Santo es el regalo de Dios mediante el cual se le restituye la quietud del Cielo al bienamado Hijo de Dios. ¿Te negarías a asumir la función de completar a Dios, cuando todo lo que Su Voluntad dispone es que tú estés completo?
Lección 286
La quietud del Cielo envuelve hoy mi corazón.
1. Padre, ¡qué día tan sereno el de hoy! ¡Cuán armoniosamente cae todo en su sitio! Éste es el día señalado para que llegue a entender la lección de que no tengo que hacer nada. En Ti ya se han tomado todas las decisiones. En Ti ya se ha resuelto todo conflicto. En Ti ya se han colmado todas mis esperanzas. La paz es mía. Mi corazón late tranquilo y mi mente se halla en reposo. Tu Amor es el Cielo y Tu Amor es mío.
2. La quietud de hoy nos dará esperanzas de que hemos encontrado el camino y de que ya hemos recorrido un gran trecho por él hacia una meta de la que estamos completamente seguros. Hoy no dudaremos del final que Dios Mismo nos ha prometido. Confiamos en Él y en nuestro Ser, el cual sigue siendo uno con Él.
Lección 286 en mente uno. (Clic)
Comentario de Jorge Pellicer.
¿Qué es el Espíritu Santo?
Lecciones 281 a 290.
Citas. Empatía:
La verdadera empatía procede de Aquel que sabe lo que es. Tú aprenderás a hacer la misma interpretación que Él hace de ella si le permites que se valga de tu capacidad para ser fuerte y no débil. Él no te abandonará, pero asegúrate de que tú no lo abandonas a Él. La humildad es fuerza sólo en este sentido: reconocer y aceptar el hecho de que no sabes, es reconocer y aceptar el hecho de que Él sí sabe. No estás seguro de que Él desempeñará Su función porque tú nunca has desempeñado la tuya completamente. Es imposible que sepas cómo responder a lo que no comprendes. No caigas en esta tentación ni sucumbas al uso triunfante que el ego hace de la empatía para su propia vanagloria.
T-16.I.4 (Texto, capítulo 16, apartado I, párrafo 4).
EL CANTO DE ORACIÓN
La oración, el perdón, la sanación
2. EL PERDÓN
I. El perdón a sí mismo.
8. El perdón es la llamada a la cordura, porque ¿quién si no un demente podría fijarse en el pecado
cuando podría ver en su lugar la faz de Cristo? Esta es la elección que haces; la más simple de
todas, y aun así la única que puedes hacer. Dios te llama para que ofrezcas a Su Hijo el amor de
Cristo y así lo salves de la muerte. Esta es tu necesidad, y Dios te ofrece este regalo. Tal como Él
da, así tienes que dar también. Y así la oración se restituye a lo informe, más allá de todo límite a la
intemporalidad, sin nada del pasado que le impida volver a unirse al perenne canto que toda la
creación entona a su Dios.
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