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lunes, 4 de octubre de 2021

Lección 278/Libro de Ejercicios de UCDM

Lección 278 en vídeo-audio



Lección 278



Si estoy aprisionado, mi Padre no es libre.





6. ¿Qué es el Cristo?

1. Cristo es el Hijo de Dios tal como Él lo creó. Cristo es el Ser que compartimos y que nos une a unos con otros, y también con Dios. Es el Pensamiento que todavía mora en la Mente que es Su Fuente. No ha abandonado Su santo hogar ni ha perdido la inocencia en la que fue creado. Mora inmutable para siempre en la Mente de Dios.

2. Cristo es el eslabón que te mantiene unido a Dios, y la garantía de que la separación no es más que una ilusión de desesperanza, pues toda esperanza morará por siempre en Él. Tu mente es parte de la Suya, y Ésta de la tuya. Él es la parte en la que se encuentra la Respuesta de Dios, y en la que ya se han tomado todas las decisiones y a los sueños les ha llegado su fin. Nada que los ojos del cuerpo puedan percibir lo afecta en absoluto. Pues aunque Su Padre depositó en Él los medios para tu salvación, Él sigue siendo, no obstante, el Ser que, al igual que Su Padre, no conoce el pecado.

3. Al ser el hogar del Espíritu Santo y sentirse a gusto únicamente en Dios, Cristo permanece en paz en el Cielo de tu mente santa. Él es la única parte de ti que en verdad es real. Lo demás son sueños. Mas éstos se le entregarán a Cristo, para que se desvanezcan ante Su gloria y pueda por fin serte revelado tu santo Ser, el Cristo.

4. El Espíritu Santo se extiende desde el Cristo en ti hasta todos tus sueños, y los invita a venir hasta Él para que puedan ser transformados en la verdad. Él los intercambiará por el sueño final que Dios dispuso fuese el fin de todos los sueños. Pues cuando el perdón descanse sobre el mundo y cada uno de los Hijos de Dios goce de paz, ¿qué podría mantener las cosas separadas cuando lo único que se puede ver es la faz de Cristo?

5. ¿Y por cuánto tiempo habrá de verse esta santa faz, cuando no es más que el símbolo de que el período de aprendizaje ya ha concluido y de que el objetivo de la Expiación por fin se ha alcanzado? Tratemos, por lo tanto, de encontrar la faz de Cristo y de no buscar nada más. Al contemplar Su gloria, sabremos que no tenemos necesidad de aprender nada, ni de percepción, ni de tiempo, ni de ninguna otra cosa excepto del santo Ser, el Cristo que Dios creó como Su Hijo.





Lección 278

Si estoy aprisionado, mi Padre no es libre.




1. Si acepto que estoy aprisionado dentro de un cuerpo, en un mundo en el que todo lo que aparentemente vive parece morir, entonces mi Padre está aprisionado al igual que yo. Y esto es lo que creo cuando afirmo que tengo que obedecer las leyes que el mundo obedece, y que las flaquezas y los pecados que percibo son reales e ineludibles. Si de algún modo estoy aprisionado, ello sig­nifica que no conozco ni a mi Padre ni a mi Ser. Y significa asi­mismo que no formo parte de la realidad en absoluto, pues la verdad es libre, y lo que está aprisionado no forma parte de la verdad.

2. Padre, lo único que pido es la verdad. He tenido muchos pensamien­tos descabellados acerca de mí mismo y de mi creación, y he introducido en mi mente un sueño de miedo. Hoy no quiero soñar. Elijo el camino que conduce a Ti en lugar de la locura y el miedo. Pues la verdad está a salvo, y sólo el amor es seguro.









Comentario de Jorge Pellicer.
¿Qué es el Cristo?
Lecciones 271 a 280.



Citas.  Atracción de Dios:


Cuando el cuerpo deje de atraerte y ya no le concedas ningún valor como medio de obtener algo, dejará de haber entonces interferencia en la comunicación y tus pensamientos serán tan libres como los de Dios. A medida que le permitas al Espíritu Santo enseñarte a utilizar el cuerpo sólo como un medio de comunicación y dejes de valerte de él para fomentar la separación y el ataque, que es la función que el ego le ha asignado, aprenderás que no tienes necesidad del cuerpo en absoluto. En el instante santo no hay cuerpos, y lo único que se experimenta es la atracción de Dios. Al aceptarla como algo completamente indiviso te unes a Él por completo en un instante, pues no quieres imponer ningún límite en tu unión con Él. La realidad de esta relación se convierte en la única verdad que jamás podrías desear. Toda verdad reside en ella.   


T-15.IX.7 (Texto, capítulo 15, apartado IX, párrafo 7).




EL CANTO DE ORACIÓN


La oración, el perdón, la sanación

2. EL PERDÓN

IN. Introducción.


1. El perdón le ofrece alas a la oración, para hacer fácil su elevarse y rápido su progreso. Sin su fuerte apoyo sería vano tratar de elevarse por encima del escalón inferior, e incluso tratar de elevarse en absoluto. El perdón es el aliado de la oración; hermano en el plan para tu salvación. 
Ambos deben llegar a sostenerte y conservar seguros tus pies; tu propósito firme e incambiable. Contempla la más grande ayuda que Dios ordenó que estuviera contigo hasta que Lo alcances. El fin de la ilusión vendrá con esto. Contrario a la naturaleza intemporal de su hermana, la oración, el perdón tiene un final. Pues se hace innecesario cuando la elevación termina. Pero ahora tiene un propósito más allá del cual no puedes ir, ni necesitas ir. Logra esto y te has redimido. Logra esto y te has transformado. Logra esto y salvarás el mundo.

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