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jueves, 25 de febrero de 2021

Lección 57/Libro de Ejercicios de UCDM

Lección 57

Repasemos hoy las siguientes ideas:


1. (31) No soy víctima del mundo que veo.

¿Cómo puedo ser la víctima de un mundo que podría quedar completamente des-hecho si así lo eligiese? Mis cadenas están sueltas. Puedo desprenderme de ellas sólo con desearlo. La puerta de la prisión está abierta. Puedo marcharme en cualquier momento sólo con echar a andar. Nada me retiene en este mundo. Sólo mi deseo de permanecer aquí me mantiene prisio­nero. Quiero renunciar a mis desquiciados deseos y caminar por fin hacia la luz del sol.



2. (32) He inventado el mundo que veo.

Yo mismo erigí la prisión en la que creo encontrarme. Basta con que reconozca esto y quedo libre. Me he engañado a mí mismo al creer que era posible aprisionar al Hijo de Dios. He estado terriblemente equivocado al creer esto, y ya no lo quiero seguir creyendo. El Hijo de Dios no puede sino ser libre eternamente. Es tal como Dios lo creó y no lo que yo he querido hacer de él. El Hijo de Dios se encuentra donde Dios quiere que esté y no donde yo quise mantenerlo prisionero.



3. (33) Hay otra manera de ver el mundo.

Dado que el propósito del mundo no es el que yo le he asignado, tiene que haber otra manera de verlo. Veo todo al revés y mis pensamientos son lo opuesto a la verdad. Veo el mundo como una prisión para el Hijo de Dios. Debe ser, pues, que el mundo es realmente un lugar donde él puede ser liberado. Quiero contemplar el mundo tal como es y verlo como un lugar donde el Hijo de Dios encuentra su libertad.



4. (34) Podría ver paz en lugar de esto.

Cuando vea el mundo como un lugar de libertad, me daré cuenta de que refleja las leyes de Dios en lugar de las reglas que yo inventé para que él obedeciera. Comprenderé que es la paz, no la guerra, lo que mora en él. Y percibiré asimismo que la paz mora también en los corazones de todos los que comparten este lugar conmigo.



5. (35) Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo.

A medida que comparto la paz del mundo con mis hermanos empiezo a comprender que esa paz brota de lo más profundo de mí mismo. El mundo que contemplo ha quedado iluminado con la luz de mi perdón y refleja dicho perdón de nuevo sobre mí. En esta luz empiezo a ver lo que mis ilusiones acerca de mí mismo ocultaban. Empiezo a comprender la santidad de toda cosa viviente, incluyéndome a mí mismo, y su unidad conmigo.


Lección 57 en mente uno. (Clic)


Comentario de Jorge Pellicer.


Citas. Dicha.

No hay nada más frustrante para un alumno que un plan de estudios que no pueda aprender. Cuando eso ocurre su sensación de ser competente se resiente, y no puede por menos que deprimirse. Enfrentarse a una situación de aprendizaje imposible es la cosa más deprimente del mundo. De hecho, es la razón por la que, en última instancia, el mundo en sí es deprimente. El plan de estudios del Espíritu Santo nunca es deprimente porque es un plan de estudios que produce dicha. Siempre que se reacciona con depresión ante el aprendizaje, es porque se ha perdido de vista el verdadero objetivo del plan de estudios.  

  T-8.VII.8 (Texto, capítulo 8, apartado VII, párrafo 8).



Gratitud:
Bendecir, agradecer, perdonar, es lo mismo. 
El estado de agradecimiento al Padre por habernos creado perfectos una vez y para siempre. 
Gratitud por todas aquellas cosas o situaciones, que parecen sucedernos pues en ellas se halla la oportunidad de acordarnos de Él.

Enlace al siguiente Ejercicio:
Lección 58 /Libro de ejercicios de UCDM.

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