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Lección 49
La Voz de Dios me habla durante todo el día.
1. Es muy posible escuchar la Voz de Dios durante todo el día sin que ello interrumpa para nada tus actividades normales. La parte de tu mente donde reside la verdad está en constante comunicación con Dios, tanto si eres consciente de ello como si no. Es la otra parte de tu mente la que opera en el mundo y la que obedece sus leyes. Ésa es la parte que está constantemente distraída, y que es desorganizada y sumamente insegura.
2. La parte que está escuchando a la Voz de Dios es serena, está en continuo reposo y llena de absoluta seguridad. Es la única parte que realmente existe. La otra es una loca ilusión, frenética y perturbada, aunque desprovista de toda realidad. Trata hoy de no prestarle oídos. Trata de identificarte con la parte de tu mente donde la quietud y la paz reinan para siempre. Trata de oír la Voz de Dios llamándote amorosamente recordándote que tu Creador no se ha olvidado de Su Hijo.
3. Hoy necesitaremos por lo menos cuatro sesiones de práctica de cinco minutos cada una, e incluso más si es posible. De hecho, trataremos de oír la Voz de Dios recordándote a Dios y a tu Ser. Abordaremos el más santo y gozoso de todos los pensamientos llenos de confianza, sabiendo que al hacer esto estamos uniendo nuestra voluntad a la Voluntad de Dios. Él quiere que oigas Su Voz. Te la dio para que la oyeses.
4. Escucha en profundo silencio. Permanece muy quedo y abre tu mente. Ve más allá de todos los chillidos estridentes e imaginaciones enfermizas que encubren tus verdaderos pensamientos y empañan tu eterno vínculo con Dios. Sumérgete profundamente en la paz que te espera más allá de los frenéticos y tumultuosos pensamientos, sonidos e imágenes de este mundo demente. No vives aquí. Estamos tratando de llegar a tu verdadero hogar. Estamos tratando de llegar al lugar donde eres verdaderamente bienvenido. Estamos tratando de llegar a Dios.
5. No te olvides de repetir la idea de hoy frecuentemente. Hazlo con los ojos abiertos cuando sea necesario, pero ciérralos siempre que sea posible. Y asegúrate de sentarte quedamente y de repetir la idea cada vez que puedas, cerrando los ojos al mundo, y comprendiendo que estás invitando a la Voz de Dios a que te hable.
Lección 49 en mente uno. (Clic)
Comentario de Jorge Pellicer.
Citas. Propósito del Curso.
T-7-VIII-7 (Texto, capítulo 7, apartado VIII, párrafo 7).
Enfermedad:
“Una defensa contra la verdad”. Ausencia de amor. Una búsqueda de respuestas, fuera. La división que el Hijo de Dios percibe en su mente al creer en la separación. Esta percepción de separación que se da en la mente, se proyecta al cuerpo.
La enfermedad que el cuerpo manifiesta no está en el cuerpo si no en la mente.
El cuerpo para Un Curso de Milagros como todo lo fabricado en el plano material, es neutro. Todo en este plano cobra “vida” según se le de utilidad a favor del ego o del Espíritu Santo.
El ego al no poder acaparar a toda la mente, pues ésta aun conserva el recuerdo de su verdadera identidad, se vale del cuerpo como herramienta para manifestar su culpabilidad y perpetuar el ataque al proyectar.
El Espíritu Santo, por otra parte, si se lo permitimos, al corregir la percepción acerca de quienes somos, toma el cuerpo, lo pone al servicio del plan de sanación del Hijo de Dios borrando cualquier rastro, sin excepción, de enfermedad en él.
El Espíritu Santo, por otra parte, si se lo permitimos, al corregir la percepción acerca de quienes somos, toma el cuerpo, lo pone al servicio del plan de sanación del Hijo de Dios borrando cualquier rastro, sin excepción, de enfermedad en él.
Enlace al siguiente Ejercicio:
Lección 50 /Libro de ejercicios de UCDM.
Lección 50 /Libro de ejercicios de UCDM.
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