Lección 48
No hay nada que temer.
1. La idea de hoy afirma simplemente un hecho. No es un hecho para los que creen en ilusiones, mas las ilusiones no son hechos. En realidad no hay nada que temer. Esto es algo muy fácil de reconocer. Pero a los que quieren que las ilusiones sean verdad les es muy difícil reconocerlo.
2. Las sesiones de práctica de hoy serán muy cortas, muy simples y muy frecuentes. Repite sencillamente la idea tan a menudo como puedas. Puedes hacerlo con los ojos abiertos en cualquier momento o situación. Recomendamos enérgicamente, no obstante, que siempre que puedas cierres los ojos durante aproximadamente un minuto y repitas la idea lentamente para tus adentros varias veces. Es especialmente importante también que la uses de inmediato si observas que algo perturba tu paz mental.
3. La presencia del miedo es señal inequívoca de que estás confiando en tu propia fortaleza. La conciencia de que no hay nada que temer indica que en algún lugar de tu mente, aunque no necesariamente en un lugar que puedas reconocer, has recordado a Dios y has dejado que Su fortaleza ocupe el lugar de tu debilidad. En el instante en que estés dispuesto a hacer eso, ciertamente no habrá nada que temer.
Citas. Imagen del ego. Voluntad de Dios.
T-7-VII-3: 2-6 (Texto, capítulo 7, apartado VII, párrafo 3, frases 2 a 6).
Tú eres la Voluntad de Dios. No aceptes nada más como tu voluntad, pues, de lo contrario,
estarás negando lo que eres. Niega lo que eres y atacarás, al creer que has sido atacado. Mas ve el
Amor de Dios en ti y lo verás en todas partes porque está en todas partes. Ve Su abundancia en
todos y sabrás que estás en Él junto con todos tus hermanos. Ellos forman parte de ti, tal como tú
formas parte de Dios.
T-7-VII-10: 1-6 (Texto, capítulo 7, apartado VII, párrafo 10, frases 1 a 6).
Ego:
El personaje, el falso yo, la mente errada. La mente dividida del Hijo de Dios que se percibe separada del Padre. La “loca idea” que se coló en la poderosa mente del Hijo de Dios durante su sueño en la que piensa que puede ser su propio creador.
La idea de que al Hijo de Dios pueden sucederle cosas o situaciones, contrarias a su voluntad.
Como nada Eterno puede ser dividido ni separado, es simplemente una ilusión un sueño en la mente del Hijo de Dios que se percibe separado.
Enlace al siguiente Ejercicio:
Lección 49 /Libro de ejercicios de UCDM.
Lección 49 /Libro de ejercicios de UCDM.
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