"Desde una perspectiva más terrenal, la recapitulación proporciona a los practicantes la capacidad de examinar las repeticiones de sus vidas. La recapitulación puede convencerlos, sin el menor atisbo de dudas, de que todos estamos a merced de fuerzas que, en última instancia, no tienen sentido, por mucho que a primera vista parezcan razonables. Por ejemplo, estamos a merced del enamoramiento. Para algunas personas el enamoramiento es la búsqueda de toda la vida. He oído declarar a personas muy mayores que su único idea consistía en encontrar la pareja perfecta y que aspiraban a un año de felicidad y amor.
Ante mis vehementes protestas, don Juan Matus solía decir que el problema consiste en que, de hecho, nadie quiere amar a otro y todos queremos ser amados. Tomada a pie juntillas, esta obsesión es para nosotros lo más natural del mundo. Oír que un hombre o una mujer de setenta y cinco años aseguran que siguen buscando la pareja perfecta es una afirmación idealista, romántica y hermosa. Sin embargo, si la analizamos en el contexto de las repeticiones incesantes de una vida aparece como lo que realmente es: algo grotesco.
Don Juan me aseguró que cualquier cambio de comportamiento tendría que realizarse a través de la recapitulación porque es el único medio que puede realzar la conciencia y liberarnos de las demandas implícitas de la socialización, demandas tan automáticas y que se dan tanto por supuesto que en condiciones normales no reparamos en ellas, para no hablar de examinarlas.
El acto efectivo de la recapitulación es una tarea de toda la vida. Se necesitan años para agotar la lista, sobre todo en el caso de los que han conocido a miles de individuos e interactuado con ellos. La lista crece con el recuerdo de acontecimientos impersonales en el que no han participado personas y hay que analizar por qué están relacionados con la persona recapitulada.
Don Juan sostuvo que lo que los chamanes del antiguo México buscaban ávidamente en la recapitulación era el recuerdo de la interacción, porque en ésta subyacen los efectos profundos de la socialización, que se esforzaban en superar por todos los medios.
Los pases mágicos de la recapitulación.
La recapitulación influye en lo que don Juan denominaba el cuerpo energético: el conglomerado de campos energéticos que son la imagen especular de los que componen el cuerpo humano visto directamente como energía. En el caso de los brujos, el cuerpo físico y el cuerpo energético son la misma unidad. Los pases mágicos de la recapitulación incorporan el cuerpo energético al físico, algo imprescindible para navegar por lo desconocido".
CASTANEDA, C.
Pases mágicos. Las enseñanzas prácticas de don Juan.
Barcelona, 1998, Ed. Martínez Roca, Págs. 110-111.