Citas. Inocencia y fe:
IV. Los obstáculos a la paz
D. El cuarto obstáculo: El temor a Dios
i. El descorrimiento del velo
Y ciertamente no fue el ego el
que os guió. Ningún obstáculo a la paz se puede superar con su ayuda. El ego no revela sus secretos,
ni te pide que los examines y los transciendas. No quiere que veas su debilidad, ni que te des cuenta
de que no tiene poder alguno para mantenerte alejado de la verdad.
El Guía que os condujo hasta
aquí aún está con vosotros, y cuando alcéis la mirada estaréis listos para mirar cara a cara al terror
sin temor alguno. Pero primero, alza la mirada y mira a tu hermano con inocencia nacida del
completo perdón de sus ilusiones, y a través de los ojos de la fe que no las ve.
T-19.IV.D.8 (Texto, capítulo 19, apartado IV, párrafo D.8).
MANUAL DEL MAESTRO
22. ¿Qué relación existe entre la curación y la expiación?
Es aplicable por igual a todo el mundo y en cualquier
circunstancia. En ella reside el poder de curar a cualquier persona de cualquier clase de enfermedad.
No creer esto es ser injusto con Dios, y por ende, serle infiel. El que está enfermo se percibe a sí
mismo como separado de Dios. ¿Quieres verle tú además separado de ti?
Tu tarea es sanar la
sensación de separación que le hizo enfermar. Tu función es reconocer por él que lo que cree acerca
de sí mismo no es verdad.
Tu perdón debe mostrarle eso. Curar es muy simple.
La Expiación se
recibe y se ofrece. Habiéndose recibido, tiene que haberse aceptado. Es en el recibir, pues, donde
yace la curación. Todo lo demás se deriva de este único propósito.
Enlace a la Lección del día.
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