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Lección 273
Mía es la quietud de la paz de Dios.
6. ¿Qué es el Cristo?
1. Cristo es el Hijo de Dios tal como Él lo creó. Cristo es el Ser que compartimos y que nos une a unos con otros, y también con Dios. Es el Pensamiento que todavía mora en la Mente que es Su Fuente. No ha abandonado Su santo hogar ni ha perdido la inocencia en la que fue creado. Mora inmutable para siempre en la Mente de Dios.
2. Cristo es el eslabón que te mantiene unido a Dios, y la garantía de que la separación no es más que una ilusión de desesperanza, pues toda esperanza morará por siempre en Él. Tu mente es parte de la Suya, y Ésta de la tuya. Él es la parte en la que se encuentra la Respuesta de Dios, y en la que ya se han tomado todas las decisiones y a los sueños les ha llegado su fin. Nada que los ojos del cuerpo puedan percibir lo afecta en absoluto. Pues aunque Su Padre depositó en Él los medios para tu salvación, Él sigue siendo, no obstante, el Ser que, al igual que Su Padre, no conoce el pecado.
3. Al ser el hogar del Espíritu Santo y sentirse a gusto únicamente en Dios, Cristo permanece en paz en el Cielo de tu mente santa. Él es la única parte de ti que en verdad es real. Lo demás son sueños. Mas éstos se le entregarán a Cristo, para que se desvanezcan ante Su gloria y pueda por fin serte revelado tu santo Ser, el Cristo.
4. El Espíritu Santo se extiende desde el Cristo en ti hasta todos tus sueños, y los invita a venir hasta Él para que puedan ser transformados en la verdad. Él los intercambiará por el sueño final que Dios dispuso fuese el fin de todos los sueños. Pues cuando el perdón descanse sobre el mundo y cada uno de los Hijos de Dios goce de paz, ¿qué podría mantener las cosas separadas cuando lo único que se puede ver es la faz de Cristo?
5. ¿Y por cuánto tiempo habrá de verse esta santa faz, cuando no es más que el símbolo de que el período de aprendizaje ya ha concluido y de que el objetivo de la Expiación por fin se ha alcanzado? Tratemos, por lo tanto, de encontrar la faz de Cristo y de no buscar nada más. Al contemplar Su gloria, sabremos que no tenemos necesidad de aprender nada, ni de percepción, ni de tiempo, ni de ninguna otra cosa excepto del santo Ser, el Cristo que Dios creó como Su Hijo.
Lección 273
Mía es la quietud de la paz de Dios.
1. Tal vez estemos ahora listos para pasar un día en perfecta calma. Si esto no fuese posible todavía, nos contentaremos y nos sentiremos más que satisfechos, con poder aprender cómo es posible pasar un día así. Si permitimos que algo nos perturbe, aprendamos a descartarlo y a recobrar la paz. Sólo necesitamos decirles a nuestras mentes con absoluta certeza: "Mía es la quietud de la paz de Dios", y nada podrá venir a perturbar la paz que Dios Mismo le dio a Su Hijo.
2. Padre, Tu paz me pertenece. ¿Qué necesidad tengo de temer que algo pueda robarme lo que Tú has dispuesto sea mío para siempre? No puedo perder los dones que Tú me has dado. Por lo tanto, la paz con la que Tú agraciaste a Tu Hijo sigue conmigo, en la quietud y en el eterno amor que Te profeso.
Lección 273 en mente uno. (Clic)
Comentario de Jorge Pellicer.
¿Qué es el Cristo?
Lecciones 271 a 280.
¿Qué es el Cristo?
Lecciones 271 a 280.
Citas. Comunicación:
Nuestra tarea consiste en continuar, lo más rápidamente posible, el ineludible proceso de hacer
frente a cualquier interferencia y de verlas a todas exactamente como lo que son. Pues es imposible
que reconozcas que lo que crees que quieres no te ofrece absolutamente ninguna gratificación. El
cuerpo es el símbolo del ego, tal como el ego es el símbolo de la separación. Y ambos no son más
que intentos de entorpecer la comunicación y, por lo tanto, de imposibilitarla. Pues la comunicación
tiene que ser ilimitada para que tenga significado, ya que sino tuviese significado te dejaría
insatisfecho. La comunicación sigue siendo, sin embargo, el único medio por el que puedes entablar
auténticas relaciones, que al haber sido establecidas por Dios, son ilimitadas.
T-15.IX.2 (Texto, capítulo 15, apartado IX, párrafo 2).
EL CANTO DE ORACIÓN
La oración, el perdón, la sanación
1 . LA ORACIÓN
IV. Orar con otros
4. Has elegido una oportunidad recién nacida cada vez que oras. ¿Y la sofocarías y encarcelarías en antiguas prisiones, cuando ha llegado la oportunidad de librarte de todas a la vez? No restrinjas tu pedir. La oración puede traer la paz de Dios. ¿Qué cosa ligada al tiempo puede darte más que esto, durante el pequeño lapso que dura hasta que se desmorona en polvo?
T-15.IX.2 (Texto, capítulo 15, apartado IX, párrafo 2).
EL CANTO DE ORACIÓN
La oración, el perdón, la sanación
1 . LA ORACIÓN
IV. Orar con otros
4. Has elegido una oportunidad recién nacida cada vez que oras. ¿Y la sofocarías y encarcelarías en antiguas prisiones, cuando ha llegado la oportunidad de librarte de todas a la vez? No restrinjas tu pedir. La oración puede traer la paz de Dios. ¿Qué cosa ligada al tiempo puede darte más que esto, durante el pequeño lapso que dura hasta que se desmorona en polvo?
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