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jueves, 2 de septiembre de 2021

Lección 245/Libro de Ejercicios de UCDM

Lección 245 en vídeo-audio



Lección 245



Tu paz está conmigo, Padre. Estoy a salvo.





3. ¿Qué es el mundo?

1. El mundo es una percepción falsa. Nació de un error, y no ha abandonado su fuente. Persistirá mientras se siga abrigando el pensamiento que le dio vida. Cuando el pensamiento de separación haya sido sustituido por uno de verdadero perdón, el mundo se verá de una manera completamente distinta; de una manera que conduce a la verdad en la que el mundo no puede sino desaparecer junto con todos sus errores. Ahora su fuente ha desaparecido, al igual que sus efectos.

2. El mundo se fabricó como un acto de agresión contra Dios. Es el símbolo del miedo. Mas ¿qué es el miedo sino la ausencia de amor? El mundo, por lo tanto, se fabricó con la intención de que fuese un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. Esa fue la cuna de la percepción, pues el conocimiento no podría haber sido la causa de pensamientos tan descabellados. Mas los ojos engañan, y los oídos oyen falsedades. Ahora es muy posible cometer errores porque se ha perdido la certeza.

3. Y para substituirla nacieron los mecanismos de la ilusión, que ahora van en pos de lo que se les ha encomendado buscar. Su finalidad es servir el propósito para el que se fabricó el mundo, de modo que diese testimonio de él y lo hiciera real. Dichos mecanismos ven en sus ilusiones una sólida base donde existe la verdad y donde se mantiene aparte de las mentiras. No obstante, no informan más que de ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la verdad.

4. Del mismo modo en que el propósito de la vista fue alejarte de la verdad, puede asimismo tener otro propósito. Todo sonido se convierte en la llamada de Dios, y Aquel a quien Dios designó como el Salvador del mundo puede conferirle a toda percepción un nuevo propósito. Sigue Su Luz, y verás el mundo tal como Él lo ve. Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla. Y deja que Él te conceda la paz y la certeza que tú desechaste, pero que el Cielo salvaguardó para ti en Él.

5. No nos quedemos tranquilos hasta que el mundo se haya unido a nuestra nueva percepción. No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. Y no intentemos cambiar nuestra función. Tenemos que salvar al mundo. Pues nosotros que lo fabricamos tenemos que contemplarlo a través de los ojos de Cristo, de modo que aquello que se concibió para que muriese pueda ser restituido a la vida eterna.





Lección 245

Tu paz está conmigo, Padre. Estoy a salvo.




1. Tu paz me rodea, Padre. Dondequiera que voy, Tu paz me acompaña y derrama su luz sobre todo aquel con quien me encuentro. Se la llevo al que se encuentra desolado, al que se siente solo y al que tiene miedo. Se la ofrezco a los que sufren, a los que se lamentan de una pérdida, así como a los que creen ser infelices y haber perdido toda esperanza. Envía­melos, Padre. Permíteme ser el portador de Tu paz. Pues quiero salvar a Tu Hijo, tal como dispone Tu Voluntad, para poder llegar a reconocer mi Ser.

2. Y así caminamos en paz, transmitiendo al mundo entero el mensaje que hemos recibido. Y de esta manera oímos por fin la Voz que habla por Dios, la cual nos habla según nosotros predi­camos la Palabra de Dios, Cuyo Amor reconocemos, puesto que compartimos con todos la Palabra que Él nos dio.




Valencia, calle Alta, 31/08/21/EGM













Comentario de Jorge Pellicer.
¿Qué es el mundo?
Lecciones 241 a 250.


Citas. Santidad:


Bendita criatura de Dios, ¿cuándo vas a aprender que sólo la santidad puede hacerte feliz y darte paz? Recuerda que no aprendes únicamente para ti, de la misma manera en que yo, tampoco lo hice. Tú puedes aprender de mí únicamente porque yo aprendí por ti. Tan sólo deseo enseñarte lo que ya es tuyo, para que juntos podamos reemplazar la miserable pequeñez que mantiene al anfitrión de Dios cautivo de la culpabilidad y la debilidad, por la gozosa conciencia de la gloria que mora en él. Mi nacimiento en ti es tu despertar a la grandeza. No me des la bienvenida en un pesebre, sino en el altar de la santidad, en el que la santidad mora en perfecta paz. Mi Reino no es de este mundo, puesto que está en ti. Y tú eres de tu Padre. Unámonos en honor a ti, que no puedes sino permanecer para siempre más allá de la pequeñez.


T-15.III.9: 2-4 (Texto, capítulo 15, apartado III párrafo 9, oraciones 2 a 4).







PSICOTERAPIA



3. LA PRÁCTICA DE LA PSICOTERAPIA


III. La cuestión del pago. 


8. Médico, sanador, terapeuta, sánate a ti mismo. Muchos llegarán a ti portando el regalo de la sanación, si así lo eliges. El Espíritu Santo nunca rehúsa una invitación a entrar y morar contigo. Te dará infinitas oportunidades de abrir la puerta de tu salvación, pues tal es Su función. También te dirá exactamente cuál es tu función en cada circunstancia y en todo momento. Quien quiera que Él te envíe llegará a ti, ofreciendo la mano a su Amigo. Permite que el Cristo en ti le dé la bienvenida, pues ese mismo Cristo se halla en él también. Niégale la entrada, y has negado el Cristo en ti. Recuerda la deplorable historia del mundo, y las felices nuevas de la salvación. Recuerda el plan de Dios para la restitución de la alegría y la paz. Y no olvides cuán simples son los caminos de Dios: Estabas perdido en la oscuridad del mundo hasta que pediste luz. Y entonces Dios envió a Su Hijo para dártela.

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