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Lección 270
Hoy no utilizaré los ojos del cuerpo.
5. ¿Qué es el cuerpo?
1. El cuerpo es una cerca que el Hijo de Dios se imagina haber erigido para separar partes de su Ser de otras partes. Cree vivir dentro de esa cerca, para morir a medida que ésta se deteriora y se desmorona. Pues cree estar a salvo del amor dentro de ella. Al identificarse con lo que considera es su seguridad, cree ser lo que ésta es. ¿De qué otro modo, si no, podría estar seguro de que permanece dentro del cuerpo, y de que mantiene al amor afuera?
2. El cuerpo no perdurará. Sin embargo, para él eso supone una doble seguridad. Pues la temporalidad del Hijo de Dios es la “prueba” de que sus cercas funcionan y de que están llevando a cabo la tarea que su mente les asignó. Pues si su unidad aún permaneciese intacta, ¿quién podría atacar y quién podría ser atacado? ¿Quién podría ser el vencedor? ¿Quién la presa? ¿Quién podría ser la víctima? ¿Quién el asesino? Y si él no muriese, ¿qué “prueba” habría de que el eterno Hijo de Dios puede ser destruido?
3. El cuerpo es un sueño. Al igual que otros sueños, a veces parece reflejar felicidad, pero puede súbitamente revertir al miedo, la cuna de todos los sueños. Pues sólo el amor puede crear de verdad, y la verdad jamás puede temer. Hecho para ser temeroso, el cuerpo no puede sino cumplir el propósito que le fue asignado. Mas podemos cambiar el propósito que el cuerpo obedece si cambiamos de parecer con respecto a su finalidad.
4. El cuerpo es el medio a través del cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para condenarlo al infierno para siempre, el objetivo del Cielo ha substituido a la búsqueda del infierno. El Hijo de Dios busca la mano de su hermano para ayudarlo a marchar por la misma senda que él. Ahora el cuerpo es santo. Ahora su propósito es sanar la misma mente para dar muerte a la cual fue concebido.
5. Te identificarás con lo que pienses que te ha de dar seguridad. Sea lo que sea, creerás que ello es lo que tú eres. Tu seguridad reside en la verdad, no en las mentiras. El amor es tu seguridad. El miedo no existe. Identifícate con el amor, y estarás a salvo. Identifícate con el amor, y estarás en tu morada. Identifícate con el amor, y hallarás tu Ser.
Lección 270
Hoy no utilizaré los ojos del cuerpo.
1. Padre, la visión de Cristo es el don que me has dado, el cual tiene el poder de transformar todo lo que los ojos del cuerpo contemplan en el panorama de un mundo perdonado. ¡Cuán glorioso y lleno de gracia es ese mundo! No obstante, ¡cuánto más podré contemplar en él que lo que puede ofrecerme la vista! Un mundo perdonado significa que Tu Hijo reconoce a su Padre, permite que sus sueños sean llevados ante la verdad y aguarda con gran expectación el último instante de tiempo en el que éste acaba para siempre, conforme Tu recuerdo aflora en su memoria. Y ahora su voluntad es una con la Tuya. Ahora su función no es sino la Tuya Propia, y todo pensamiento salvo el Tuyo ha desaparecido.
2. El sosiego de hoy bendecirá nuestros corazones y, a través de ellos, la paz descenderá sobre todo el mundo. Cristo se convierte en nuestros ojos hoy. Y mediante Su vista le ofrecemos curación al mundo a través de Él, el santo Hijo que Dios creó íntegro; el santo Hijo a quien Dios creó como uno solo.
Lección 270 en mente uno. (Clic)
Comentario de Jorge Pellicer.
¿Qué es el cuerpo?
Lecciones 261 a 270.
¿Qué es el cuerpo?
Lecciones 261 a 270.
Citas. Espíritu Santo:
El Espíritu Santo es el intento de Dios de liberarte de lo que Él no entiende. Y por razón del
Origen del intento, éste no puede fracasar. El Espíritu Santo te pide que respondas tal como Dios lo
hace, pues quiere enseñarte lo que tú no entiendes. Dios responderá a toda necesidad, sea cual fuere
la forma en que ésta se manifieste. El Espíritu Santo, por consiguiente, mantiene este canal abierto
para recibir la comunicación de Dios a ti y la tuya a Él. Dios no entiende tu problema de
comunicación, pues Él no lo comparte contigo. Tú eres el único que cree que es comprensible. El
Espíritu Santo sabe que no lo es, y, sin embargo, lo entiende porque tú lo inventaste.
T-15.VIII.5 (Texto, capítulo 15, apartado VIII, párrafo 5).
EL CANTO DE ORACIÓN
La oración, el perdón, la sanación
1 . LA ORACIÓN
IV. Orar con otros
1. Hasta que por lo menos comienza el segundo nivel, uno no puede compartir en oración. Puesto que hasta que no se llega a ese punto, cada uno tiene que pedir cosas diferentes. Pero una vez que la necesidad de conservar al otro como enemigo se ha cuestionado, y la razón para hacerla se ha reconocido aunque sea por un instante, se hace posible unirse en oración. Los enemigos no comparten una meta. Es en esto en lo que se conserva su enemistad. Sus deseos separados son sus arsenales; sus fortalezas en el odio. La clave para elevarse aún más en oración radica en este sencillo pensamiento; este cambio de mentalidad: Vamos juntos, tú y yo.
T-15.VIII.5 (Texto, capítulo 15, apartado VIII, párrafo 5).
EL CANTO DE ORACIÓN
La oración, el perdón, la sanación
1 . LA ORACIÓN
IV. Orar con otros
1. Hasta que por lo menos comienza el segundo nivel, uno no puede compartir en oración. Puesto que hasta que no se llega a ese punto, cada uno tiene que pedir cosas diferentes. Pero una vez que la necesidad de conservar al otro como enemigo se ha cuestionado, y la razón para hacerla se ha reconocido aunque sea por un instante, se hace posible unirse en oración. Los enemigos no comparten una meta. Es en esto en lo que se conserva su enemistad. Sus deseos separados son sus arsenales; sus fortalezas en el odio. La clave para elevarse aún más en oración radica en este sencillo pensamiento; este cambio de mentalidad: Vamos juntos, tú y yo.
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