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jueves, 18 de marzo de 2021

Lección 77/Libro de Ejercicios de UCDM

Lección 77 en vídeo-audio




Lección 77


Tengo derecho a los milagros.



1. Tienes derecho a los milagros debido a lo que eres. Recibirás milagros debido a lo que Dios es. Y ofrecerás milagros debido a que eres uno con Dios. Una vez más, ¡cuán simple es la salvación! Es sencillamente una afirmación de tu verdadera Identidad. Esto es lo que celebraremos hoy.

2. Tu derecho a los milagros no se basa en las ilusiones que tienes acerca de ti mismo. No depende de ningún poder mágico que te hayas adscrito ni de ninguno de los rituales que has ingeniado. Es inherente a la verdad de lo que eres. Está implícito en lo que Dios, tu Padre, es. Tu derecho a los milagros quedó establecido en tu creación y está garantizado por las leyes de Dios.

3. Hoy reivindicaremos los milagros a los que tienes derecho, pues te pertenecen. Se te ha prometido total liberación del mundo que construiste. Se te ha asegurado que el Reino de Dios se encuentra dentro de ti y que jamás lo puedes perder. No pedimos sino lo que en verdad nos pertenece. Hoy, sin embargo, nos aseguraremos también de no conformarnos con menos.

4. Comienza las sesiones de práctica más largas de hoy diciéndote a ti mismo con absoluta certeza que tienes derecho a los milagros. Cierra los ojos y recuerda que estás pidiendo únicamente lo que por derecho propio te pertenece. Recuérdate también a ti mismo que los milagros jamás se le quitan a uno para dárselos a otro, y que al reivindicar tus derechos estás haciendo valer los derechos de todo el mundo. Los milagros no obedecen las leyes de este mundo. Proceden simplemente de las leyes de Dios.

5. Después de esta breve fase introductoria, espera en silencio la ratificación de que se te ha concedido tu petición. Has pedido la salvación del mundo así como la tuya. Has pedido que se te concedan los medios a través de los cuales se puede lograr esto. Es imposible que no se te den garantías al respecto. No estás sino pidiendo que se haga la Voluntad de Dios.

6. Al hacer esto, no estás realmente pidiendo nada. Estás afirmando un hecho innegable. El Espíritu Santo no puede sino asegurarte que se te ha concedido tu petición. El hecho de que la aceptases lo confirma. Hoy no hay cabida para la duda ni la incertidumbre. Estamos haciendo por fin una petición real. La respuesta es una simple exposición de un simple hecho. Recibirás la ratificación que buscas.

7. Nuestras sesiones de práctica más cortas serán frecuentes, y estarán dedicadas a recordar un simple hecho. Repite hoy frecuentemente:


Tengo derecho a los milagros.


Pídelos cada vez que se presente una situación que los requiera. Reconocerás tales situaciones. Y como no estás dependiendo de ti mismo para encontrar el milagro, tienes pleno derecho a recibirlo siempre que lo pidas.

8. Recuerda también que no te debes conformar con nada que no sea la respuesta perfecta. Si te asaltan tentaciones, di de inmediato:


No intercambiaré milagros por resentimientos. Quiero únicamente lo que me pertenece. Dios ha establecido mi derecho a los milagros.

 Lección 77 en mente uno. (Clic)


Comentario de Jorge Pellicer.


Citas.  Salvación:

No has atacado a Dios, y ciertamente lo amas. ¿Puedes acaso cambiar tu realidad? Nadie puede disponer su propia destrucción. Cuando piensas que te estás atacando a ti mismo, ello es señal evidente de que odias lo que crees ser. Y eso, y sólo eso, es lo único que puedes atacar. Lo que crees ser puede ser muy odioso, y lo que esta extraña imagen te lleva a hacer puede ser muy destructivo. Mas la destrucción no es más real que la imagen, si bien los que inventan ídolos ciertamente los veneran. Los ídolos no son nada, pero sus adoradores son los Hijos enfermos de Dios. Dios desea verlos libres de sus enfermedades y de vuelta en Su Mente. No limitará en modo alguno el poder que tienes de ayudarlos, puesto que Él te lo dio. No tengas miedo de ese poder porque es tu salvación.

   T-10.III.1 (Texto, capítulo 10, apartado III, párrafo 1).





Muerte:

El abandono del cuerpo luego de que este ha culminado su función en este plano. 
Si se ha culminado el trabajo de perdón, el cuerpo se abandonará en paz reflejando este estado de la mente. 
De no ser así, la muerte reflejará el estado de una mente que lejos de haber terminado un trabajo y un aprendizaje, lo que busca es un escape en un intento demente de huir y no de perdonar. 
La mente que opta por ello, deberá regresar a esta experiencia a elegir de nuevo y seguir recordando o aprendiendo.

Enlace al siguiente Ejercicio:
Lección 78/Libro de ejercicios de UCDM.

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