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Lección 62
Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.
1. Tu perdón es lo que lleva a este mundo de tinieblas a la luz. Tu perdón es lo que te permite reconocer la luz en la que ves. El perdón es la demostración de que tú eres la luz del mundo. Mediante tu perdón vuelves a recordar la verdad acerca de ti. En tu perdón, por lo tanto, reside tu salvación.
2. Las ilusiones que tienes acerca de ti y acerca del mundo son una y la misma. Por eso es por lo que todo perdón es un regalo que te haces a ti mismo. Tu meta es descubrir quién eres, al haber negado tu Identidad atacando a la creación y a su Creador. Ahora estás aprendiendo a recordar la verdad. Para ello, el ataque tiene que ser reemplazado por el perdón, de manera que los pensamientos de vida puedan reemplazar a los pensamientos de muerte.
3. Recuerda que en todo ataque apelas a tu propia debilidad, mientras que cada vez que perdonas apelas a la fortaleza de Cristo en ti. ¿Te vas dando cuenta, pues, de lo que el perdón hará por ti? Eliminará de tu mente toda sensación de debilidad, de tensión y de fatiga. Arrasará con todo vestigio de temor, culpabilidad y dolor. Reinstaurará en tu conciencia la invulnerabilidad y el poder que Dios le confirió a Su Hijo.
4. Regocijémonos de poder comenzar y concluir este día practicando la idea de hoy, y de usarla tan frecuentemente como nos sea posible en el transcurso del día. Ello te ayudará a que pases un día tan feliz como Dios Mismo quiere que tú seas. Y ayudará a aquellos que te rodean, así como a aquellos que parecen encontrarse lejos en el espacio y en el tiempo, a compartir esta felicidad contigo.
5. Tan a menudo como puedas hoy, con los ojos cerrados a ser posible, repite para tus adentros:
Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.
Cumpliré mi función para así poder ser feliz.
Dedica entonces uno o dos minutos a reflexionar sobre tu función, y la felicidad y liberación que te brindará. Deja que pensamientos afines acudan a ti libremente, pues tu corazón reconocerá estas palabras, y en tu mente se encuentra la conciencia de que son verdad. Si te distraes, repite la idea y añade:
Deseo recordar esto porque quiero ser feliz.
Lección 62 en mente uno. (Clic)
Comentario de Jorge Pellicer.
Citas. Voluntad. Ateo, mártir.
Si tu mente no estuviese dividida reconocerías que ejercer tu voluntad es la salvación porque la salvación es comunicación.
Instante Santo:
El instante donde en lugar de ver culpabilidad vemos perdón. Un instante donde en lugar de ver ataque, vemos pedido de amor, de ayuda.
T-9.I.5: 3-4 (Texto, capítulo 9, apartado I, párrafo 5, frases 3 y 4).
Ninguna mente recta podría creer que su voluntad es más fuerte que la de Dios. Si una mente cree que su voluntad es diferente de la de Él, entonces sólo puede concluir o bien que Dios no existe o bien que Su Voluntad es temible. La primera conclusión da lugar al ateo, y la segunda, al mártir, que cree que Dios exige sacrificios. Cualquiera de esas dos conclusiones dementes producirá pánico, ya que el ateo cree estar solo, y el mártir que Dios lo está crucificando. No obstante, nadie quiere sentirse abandonado o sufrir represalias, aunque es posible que muchos procuren ambas cosas. ¿Puedes acaso pedirle al Espíritu Santo semejantes "regalos" y esperar recibirlos?
Él no puede darte lo que tú no deseas. Cuando le pides al Dador Universal lo que no quieres, le estás pidiendo lo que no se puede dar porque nunca se creó. Y nunca se creó porque nunca fue lo que tu voluntad dispuso para ti.
T-9.I.8 (Texto, capítulo 9, apartado I, párrafo 8).
Instante Santo:
El instante donde en lugar de ver culpabilidad vemos perdón. Un instante donde en lugar de ver ataque, vemos pedido de amor, de ayuda.
Un intervalo fuera del tiempo en el cual escogemos el perdón en lugar del juicio, el milagro en lugar del agravio, el Espíritu Santo en lugar el ego. La expresión de nuestra pequeña dosis de buena voluntad de convocar a toda situación al Espíritu Santo, solicitando su intervención. La decisión de vivir el presente, el cual nos abre paso, a la eternidad en vez de aferrarnos al pasado y temerle al futuro.
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