Operación Zapio / Día 2

 

Zumo de apio del primer envase.

Ayer compré dos envases de apio en un supermercado de Mercadona, en apariencia igual al que compré en Consum.

Hoy después de lavar un manojo de apio y prepararlo para la licuadora, ha resultado que la cantidad de zumo obtenida era inferior a 350 ml.: imagen superior.

De modo que he tenido que abrir el segundo envase para preparar 150 ml. de zumo.

Lo tomé en dos tiempos, saboreándolo, con calma, y poco después, fui al baño a eliminar parte de los alimentos de ayer.

Limpié la licuadora y me fui a caminar a la playa de la Malvarrosa. Día nublado y con fuerte viento de levante.

Algunas imágenes:

A pesar de las nubes el agua de la orilla ya resultaba tibia, casi caliente. Caminé sobre la arena y el agua, agitado por el viento y con el fuego del Sol ausente tras las nubes.

A las 10, regresé a casa con el propósito de desayunar. Anthony William insiste en que el zumo de apio es una medicina, no un nutriente y por tanto recomienda desayunar habiendo dejar pasar al menos media hora desde la toma del zumo.

Antes de llegar a casa ya noté que algo se movía en mi interior.

¿Será la sandía que tomé anoche? ¿Será el zumo de apio que tomé ayer y ya han pasado 24 horas? El asunto es que volví a ir al baño: segunda deposición, de menor consistencia que la anterior.

Al ser domingo y no tener suficiente apio para la toma de mañana, he ido a un supermercado Charter, franquicia de Consum, que abre los días festivos. El tercer tipo de apio que encuentro. El envase cuesta 1,99 €.

Procedencia: Murcia, España.

Curiosamente, en contra de las recomendaciones de Anthony William que enfatiza que no hay que mezclarlo con nada, en este envase, se ofrece la receta de un zumo de apio, en tres idiomas, al que se le añade, agua, limón y azúcar.

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