pues creemos que los demás
deben amoldarse a nuestras expectativas.
Debido a este error del intelecto
nos decepcionamos y enfadamos
cuando los demás no son ni se comportan
como nos gustaría que hicieran.
El problema es siempre nuestro.
La cuestión es que no nos conocemos.
Y si nos nos conocemos,
si ignoramos cuales son nuestras necesidades,
el porqué de ellas,
no podremos conocer ni amar a nadie.
Conoce ante todo de dónde proceden
tus motivaciones y necesidades
y así evitarás juzgar bien o mal a nadie".
EL JOVEN QUE HABLABA CON LOS ÁRBOLES
Frederic Solergibert |
Frederic Solergibert
Bajo el árbol amigo, Ediciones Urano, Barcelona 2003, págs. 156. (Pág. 79)
Bajo el árbol amigo |
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