No, el señor ha salido. / QUINO |
Ahora, la claridad de Eckhart Tolle sobre la génesis del miedo.
"El estado de
miedo psicológico está divorciado de cualquier peligro real e inmediato. Puede
adoptar diversas formas: desazón, preocupación, ansiedad, nervios, tensión,
temor, fobia, etc.
El miedo
psicológico del que hablamos siempre se refiere a algo que podría ocurrir, no a
algo que ya está ocurriendo. Tú estás en el aquí y ahora, mientras que tu mente
está en el futuro. Esto crea una brecha de ansiedad. Y si te has identificado
con tu mente y has perdido el poder y la simplicidad del ahora, esa brecha de
ansiedad será tu constante compañera. Siempre puedes afrontar el momento
presente, pero no puedes afrontar algo que sólo es una proyección mental; no
puedes afrontar el futuro.
Además,
mientras sigas identificándote con tu mente, el ego dirigirá tu vida. Debido a
su naturaleza fantasmal, y a pesar de sus elaborados mecanismos de defensa, el
ego es muy vulnerable e inseguro, y se siente amenazado constantemente. Por
cierto, esto sigue siendo verdadero aunque externamente esté muy seguro.
Ahora bien,
recuerda que una emoción es la reacción del cuerpo a la mente. ¿Qué mensaje
recibe continuamente el cuerpo desde el ego, desde ese falso yo fabricado por
la mente?: peligro, estoy amenazado.
¿Y qué emoción
genera este mensaje continuo?: miedo, por supuesto.
El miedo
parece tener muchas causas: miedo a la pérdida, miedo al fracaso, miedo a que
nos hieran, y así sucesivamente; pero, en definitiva, todos los miedos pueden
resumirse en el miedo del ego a la muerte, a la aniquilación. Para el ego, la
muerte siempre está a la vuelta de la esquina. En este estado de identificación
con la mente, el miedo a la muerte afecta a todos los aspectos de tu vida.
Por ejemplo,
algo tan aparentemente trivial y «normal» como la necesidad compulsiva de tener
razón en una discusión y demostrar que el otro está equivocado —defender la
posición mental con la que te has identificado— se debe al miedo a la muerte.
Si te identificas con una posición mental y resulta que estás equivocado, tu
sentido de identidad, basado en la mente, se sentirá bajo una seria amenaza de
aniquilación.
Por tanto, tú,
como ego, no puedes permitirte estar equivocado. Equivocarse es morir. Esto ha
motivado muchas guerras y ha causado la ruptura de innumerables relaciones.
Cuando dejas
de identificarte con la mente, el hecho de tener razón o estar equivocado es
indiferente para tu sentido de identidad; de modo que esa necesidad compulsiva,
apremiante y profundamente inconsciente de tener razón, que es una forma de
violencia, deja de estar presente. Puedes expresar cómo te sientes y lo que piensas
con claridad y firmeza, pero tal expresión no estará teñida de agresividad ni
actitud defensiva. Tu sentido de identidad deriva entonces de un lugar más
profundo y verdadero dentro de ti, no de la mente.
OBSERVA
CUALQUIER ACTITUD DEFENSIVA que surja en ti. ¿Qué
estás defendiendo?: una identidad ilusoria, una imagen mental, una entidad
ficticia. Haciendo consciente este patrón y observándolo, puedes romper la
identificación con él. El patrón inconsciente comenzará a disolverse
rápidamente a la luz de tu conciencia.
Este es el
final de todas las discusiones y juegos de poder, que son tan corrosivos para
las relaciones. El poder sobre los demás es debilidad disfrazada de fuerza. El
verdadero poder está dentro, y está a tu disposición ahora.
La mente
siempre trata de negar el ahora y de escapar de él. En otras palabras: cuanto
más te identificas con tu mente, más sufres. O puedes decirlo de este otro modo:
cuanto más capaz seas de valorar y aceptar el ahora, más libre estarás del
dolor y del sufrimiento, más libre de la mente egotista.
Si no deseas
crear más dolor para ti mismo ni para los demás, si no quieres añadir más dolor
al residuo del pasado que aún vive en ti, no crees más tiempo, o crea el
imprescindible para gestionar los aspectos prácticos de la vida. ¿Cómo dejar de
crear tiempo?
DATE CUENTA
INEQUÍVOCAMENTE DE QUE EL MOMENTO PRESENTE es lo único que tienes. Haz del ahora
el centro fundamental de tu vida. Si antes vivías en el tiempo y hacías breves
visitas al ahora, establece tu residencia habitual en el ahora y haz breves
visitas al pasado y al futuro cuando tengas que resolver los asuntos prácticos
de tu vida.
Di
siempre «sí» al momento presente".
TOLLE, E.
Practicando el poder del ahora.
Madrid, 2003, Gaia Ediciones, págs. 29-32.
TOLLE, E.
Practicando el poder del ahora.
Madrid, 2003, Gaia Ediciones, págs. 29-32.
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