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jueves, 22 de diciembre de 2016

Heimlich y el camión

Henry J. Heimlich

Agradecimiento a Heimlich por el salvavidas de su maniobra homónima.
Aturdimiento por la sinrazón de hacer daño indiscriminado y sin razón.

"El 23 de mayo pasado, una mujer de 87 años llamada Patty Ris se atragantó con un buen bocado de hamburguesa que le habían servido en el comedor de Deupree House, su residencia de ancianos en Cincinnati, Ohio. Los camareros de Deupree House sabían muy bien lo que hacer en esos casos, no tan infrecuentes en una residencia de ancianos que sirve hamburguesas paliativas a sus perjudicados clientes. Se llamaba maniobra de Heimlich, y consistía en agarrar a Patty desde atrás y presionarla sin complejos en el abdomen hasta que escupiera el mal bocado que estaba a punto de matarla. Pero, de pronto, los camareros se detuvieron al unísono. Un compañero de Patty en la residencia, casi 10 años más viejo que ella, se les había adelantado con decisión. Le aplicó la maniobra de Heimlich y le salvó la vida. Los camareros no se sorprendieron: el tipo era el mismísimo Heimlich, el cirujano torácico que había inventado la maniobra. Fue su última hazaña, porque Heimlich murió el sábado pasado [17/12/16] de un infarto, y contra eso no había maniobras. (...)
¿Saben cuántas vidas salvó Heimlich, ese viejo de 96 años de la residencia de Cincinnati? Se cuentan por cientos de miles, si no por millones. Los dementes que conducen camiones no pueden ni soñar con esas cifras. Su irrelevancia estadística los convierte en un engorro obsceno y tramposo. Siempre salvaremos más vidas de las que ellos siegan".

Tomado de Vidas cruzadas, de Javier Sampedro, publicado en El País, 22/12/16.
Puede leerse el artículo completo haciendo clic aquí.
Para saber más sobre la maniobra de Heimlich pulse aquí, en el pie de foto de Heimlich y en la fecha de su fallecimiento.


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