Fattburger / Evil Ways
Cuando no hay ataque no hay cadáver ni asesino.
Cuando no hay una persona que sufre una desconsideración, no hay una persona desconsiderada.
Cuando no hay ataque no hay atacante.
Soy yo quien decide si deseo interpretar el acto o palabra como un ataque o me entrego al milagro de verlo como un pedido, tal vez estrafalario, de amor.
La verdad contesta toda invocación que le hacemos a Dios, respondiendo en primer lugar con milagros, y retornando luego a nosotros para ser ella misma.
En: SOLANA, I; RESTREPO ÁNGEL, R.
Azucenas.
Barcelona, 2019, Romeo Ediciones, Pág. 153.Enlace a la Lección del día:
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