Gustav Mahler / Symphony No. 9
Feliz Final y Feliz Principio.
Nuestra mente ego está muy asustada porque cree que le dio la espalda a Dios. Hay un temor arquetípico de que Dios está iracundo con nosotros y que el castigo será terrible porque el pecado es terrible. Por eso no lo dejamos entrar. Por eso el ego ocupa tanto espacio. Y por eso, a nivel inconsciente, estamos satisfechos en sufrir, enfermar y morir como pago por nuestra traición.
El ego se tranquiliza al comprobar que seguimos inquietos y apesadumbrados. Es la garantía de que, de momento, no va a desaparecer.
En: SOLANA, I; RESTREPO ÁNGEL, R.
Azucenas.
Barcelona, 2019, Romeo Ediciones, Pág. 161.Enlace a la Lección del día:
Te entrego este instante santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario