Pedro Guerra & Jorge Drexler / Cuídame
Citas. Regalo de libertad:
EL DESPERTAR
III. Los testigos de DiosEn el sueño de cuerpos y muerte aún puede vislumbrarse un atisbo de verdad que tal vez no es
más que una pequeña chispa, un espacio de luz creado en la obscuridad donde Dios refulge todavía.
Tú no puedes despertarte a ti mismo. No obstante, puedes permitir que se te despierte.
Puedes pasar
por alto los sueños de tu hermano. Puedes perdonarle sus ilusiones tan perfectamente, que él se
convierte en el que te salva de tus sueños.
Y al verlo brillar en el espacio de luz donde Dios mora
dentro de la obscuridad, verás que Dios Mismo se encuentra allí donde está su cuerpo.
Ante esta luz
el cuerpo desaparece, de la misma manera en que las sombras densas ceden ante la luz. La
obscuridad no puede decidir que el cuerpo siga presente. La llegada de la luz supone su
desaparición.
Verás entonces a tu hermano en la gloria, y entenderás qué es lo que realmente llena la
brecha que por tanto tiempo pensaste que os mantenía separados. Ahí, en lugar de ella, el testigo de
Dios ha trazado el dulce camino de la bondad para que el Hijo de Dios lo recorra.
A todo aquel que
perdonas se le concede el poder de perdonarte a ti tus ilusiones. Mediante tu regalo de libertad te
liberas tú.
T-29.III.3 (Texto, capítulo 29, apartado III, párrafo 3).
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