Cheo Feliciano / El Ratón
Citas. La enfermedad y la salvación:
EL DESPERTAR
II. La llegada del InvitadoSu insubstancialidad, no
obstante, garantiza que no puede enfermar.
En tu exigencia de que sea más de lo que es radica la
idea de la enfermedad.
Pues dicha exigencia requiere que Dios sea menos de lo que realmente es.
¿Qué va a ser de ti, entonces, si es a ti a quien se le exige el sacrificio?
Pues a Dios se le informa
que parte de Él ya no le pertenece. Y a Él no le queda otro remedio ahora que sacrificar tu ser y,
como resultado de Su sacrificio, tú te engrandeces y Él se empequeñece al perderte a ti. Y lo que ya
no le pertenece, se convierte en tu dios y te impide ser parte de Él.
***
El cuerpo al que se le pide ser un dios es vulnerable al ataque, ya que su insubstancialidad no se
reconoce. Y así, parece ser algo con poder propio. Al ser algo, se puede percibir, y también se puede
pensar que siente y actúa, y que te tiene prisionero en su puño. Y puede que no llegue a ser lo que le
exigiste que fuese. Y lo odiarás por su insignificancia, sin darte cuenta de que el fracaso no se debe
a que sea menos de lo que tú crees que debe ser, sino sólo a que no te has dado cuenta de que no es
nada. No obstante, en el hecho mismo de que no es nada reside tu salvación, de la cual quieres huir.
T-29.II.8-9 (Texto, capítulo 29, apartado II, párrafos 8-9).
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