Azafrán / ZGDJ |
Agradecimiento y asombro por el aporte poético de Tamara.
Flores
Somos como las flores; hay veces que crecemos entre la maleza, salvajes, abiertas al mundo y entre ortigas y espinas.
Hay veces que crecemos en un establo, entre paja y calor animal, entre abono y pétalos que se marchitan.
Hay veces que no sabemos cómo abrir nuestros pétalos, cómo ensalzar nuestro tallo, cómo seguir creciendo.
Hay veces que nos crecen espinas y no sabemos cómo liberarnos de ellas.
Hay veces que las abejas nos visitan y nos roban nuestro polen.
Hay veces que el sol nos abrasa y decidimos rendirnos y marchitarnos.
Hay veces que nacemos junto a un lago donde susurran que en su momento habitaron hadas y sirenas.
Hay veces que crecemos en el mar, junto a un alga, junto a una roca musgosa, junto a un pez que no sabe nadar.
Y bien es cierto que crecemos, crecemos y crecemos y que a nuestro paso, vamos creando infinidad de prados llenos de luz, y plantas hermosas, y pese a que en nuestro camino hayan ortigas, víboras, y pinchos de las damas rosas, si nuestros filamentos, estigmas, estilos, sépalos, periantos, ovarios, óvulos, pétalos... están abiertos a dar esperanza y amor a quien nos observe, y a recibir la luz del sol y la armonía de la tierra, habrán muchos campos llenos de lindas flores con una gran historia.
Tamara Odriozola Martínez |
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