Pedro Agranitis / El estímulo |
"El silencio ayuda, pero no es necesario para alcanzar la quietud.
Aunque haya ruido, puedes sintonizar con la quietud subyacente, el espacio en el que surge el ruido. Ése es el espacio interno de pura conciencia, la conciencia misma.
Puedes darte cuenta de que la conciencia es el trasfondo de todas tus percepciones sensoriales, de toda tu actividad mental. Siendo consciente de la conciencia surge la quietud interna". (p. 6).
TOLLE, E.
El silencio habla
Madrid, 2003, Gaia Ed., págs. 127.
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