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martes, 19 de abril de 2016

Parar los pensamientos

Silenciar la mente

A Zoe

Aparentemente una de las cosas más difíciles de conseguir es mantener la mente en silencio a voluntad. A lo largo de mi vida he constatado la dificultad que encuentra el ser humano en apagar el interruptor mental cuando así se desea.
En mi experiencia hay algunos procedimientos que ayudan a este propósito.

Voluntad, intención, atención, respiración
Los elementos que participan en el proceso de intentar calmar la mente son la voluntad, la intenciónla atención y la respiración.

Procedimientos
  1. Llevar la atención a la respiración
  2. Absorberse en la acción del momento
  3. Pensamiento positivo
  4. Meditar
  5. Reflexionar
  6. Contemplar
  7. Recapitular
  8. Hacer ejercicio. Escribir.
  9. Mentaciones: Yo Soy
  10. Ho’oponopono
  11. Psicología cognitiva
  12. Segunda atención


Inicio
Se parte de una situación en la que se toma consciencia de que es preferible salir del torbellino mental, del diálogo interno compulsivo, de la tensión y agitación de la mente que sobrepasa el control y se anhela la paz interior.

En consecuencia con la voluntad se intenta tranquilizar la mente hacia la relajación y la paz interior.

1.- Llevar la atención a la respiración
La respiración, soplo vital, función necesaria, primordial, para la vida, es el puente que nos lleva a poder relajar la mente.
Uno de los métodos consiste en poner atención en la sensación que produce el aire al penetrar por las fosas nasales. Se intenta vaciar el máximo el aire pulmonar y en la inspiración se toma la cantidad posible de aire procurando sacar el abdomen como si una fuerza tirara del ombligo. La respiración profunda mantenida, acompañada de la acción voluntaria de salivar la cavidad oral calma la mente.

2.- Absorberse en la acción del momento
Llevar toda la atención e intención en un hacer limita la fuerza de los pensamientos a los que se prestaba atención. Es muy útil seguir la regla de hacer una sola cosa a la vez, poner toda la concentración en lo que se está haciendo: si se habla por teléfono; si se cocina; también al defecar u orinar. Máxima concentración en lo que se hace. Lo contrario dispersa: si se está comiendo y a la vez hablando; si se está en el baño y al mismo tiempo leyendo; si se está cocinando y viendo televisión o escuchando la radio. Se trata de poner la atención en el momento presente. Si se saborea una almendra ahí va la atención (incluso cerrando los ojos para facilitar la concentración).



Coherencia vital



3.- Pensamiento positivo
Otro método consiste en identificar el o los pensamientos que causan el malestar y la agitación y sustituirlos por pensamientos positivos. “Para qué voy a estudiar si seguro que suspendo”, se sustituye por “Voy a aprender todo lo que pueda y probablemente aprobaré”.

4.- Meditar
Si el punto 1 supone el inicio de la meditación, a mi ver, una vez obtenida una cierta relajación es el momento de, manteniendo la atención en la respiración, observar los pensamientos y dejarlos ir, como nubes arrastradas por el viento. Profundizar en sentir el cuerpo, disfrutar del silencio y de la paz interior.

5.- Reflexionar
Examinar qué pensamiento, qué idea es la causante de la tormenta emocional. Qué emoción predomina. El miedo a la muerte, el miedo a ser dejado por la pareja, el miedo al fracaso, la vergüenza, la ansiedad del porvenir, el no ser aceptado por los demás, la desaprobación del propio cuerpo  y de la propia suerte, vértigo por el misterio que somos en un universo misterioso… etcétera, etcétera.
¿Qué se puede hacer en este momento? Sentir la vida, sentir que todavía se está vivo. Que la muerte todavía no nos ha tocado. Que ahora comienza el resto de la vida de cada uno. Trazar un plan de acción inmediata y ponerse manos a la obra. Con optimismo y entusiasmo.
Asimismo, enfocar la atención en la voz que nos está contando el cuento, el relato que desasosiega y llena de razón para justificar el comportamiento. Más detalles en Parásito: Te veo.

6.- Contemplar
Desde una posición relajada y serena se contempla con la visión interna la escena, episodio, pensamiento, acontecimiento, etc. que acabó en drama o conflicto irresoluto. Desde la imaginación voluntaria se introduce en el evento pretérito el elemento personal  que resuelve aquel conflicto. 

7.- Recapitular
Explicado por Carlos Castaneda en su relación con don Juan Matus, la recapitulación consiste en recrear una escena y mediante la respiración absorber toda la energía malgastada en un evento, con el propósito, el intento, de recuperarla de nuevo.

8.- Hacer ejercicio. Escribir.
Cualquier ejercicio, caminar con vigor, unas flexiones, correr, practicar Qì Gong o  tensegridad (especialmente diseñados para darle prioridad a la memoria cinética y alcanzar el silencio interior), desvían la atención mental hacia la sensación corporal y se debilita el torrente de pensamientos.

Escribir en un papel todas las emociones del momento y de ese modo racionalizar lo sentido, tiene efecto calmante. (Mario Alonso Puig).

9.- Mentaciones: Yo Soy
Si bien mentación no está en el diccionario de la RAE, ese término refiere a llenar la mente con una serie de ideas sutiles que llevan a la reafirmación de conceptos en los que se tiene fe y que procuran la paz interior
Muchas personas tienen dificultad para conseguir dormir en pocos minutos y estas mentaciones son útiles para alcanzar el sueño. A quienes sean más visuales verán en su imaginación escenas creadas por ellos que les llenan de tranquilidad y satisfacción. A los más racionales les puede funcionar la repetición de: Yo soy  Ser, Yo soy pura Consciencia, Yo soy Amor, Yo soy Luz, Yo soy Energía, Yo soy Único, Yo soy parte del Todo, Yo soy un misterio maravilloso, Yo soy vida única, Yo soy irrepetible, Yo soy paz. 
Junto a respiraciones profundas y salivación bucal, esta práctica relaja y conduce al sueño.

10.- Ho’oponopono
En situaciones de ira, de rabia, de violencia, es útil parar y practicar ho’oponopono:
“A la parte de mi ser que permite que esta situación ocurra (o que Tal Persona se comporte así, o que Yo haya reaccionado de ese modo…) le digo:
Lo siento. Perdóname. Gracias. Te amo. (Estas 4 partes pueden ir en cualquier orden).

11.- Psicología cognitiva

Llamar al psicólogo de urgencias puede ser una opción.

La Psicología cognitiva enseña que racionalizar (y relativizar) los trastornos mentales es la manera más eficaz para poder aceptar la vida: somos un misterio en un mundo misterioso. Mediante la aceptación se busca un equilibrio satisfactorio.


12.- Mover los ojos (Segunda atención)
"La práctica de la segunda atención es un ejercicio de movimiento de los ojos que, al parecer, recalibra nuestras redes neuronales; reinicia nuestras coordenadas sensoriales, las pone a cero, por decirlo así, en menos de treinta segundos... consiste en rotar los ojos con los párpados cerrados, con lo cual se limpia la pantalla perceptiva. 
Cierre los ojos y muévalos (sin mover la cabeza) de izquierda a derecha, de arriba abajo, desde la parte superior izquierda a la parte inferior derecha, y viceversa. Ahora, rote los ojos en un gran círculo, de izquierda a derecha tres veces y, luego, de derecha a izquierda otras tres veces. Repita el proceso, rotando los ojos en pequeños círculos".
(En: VILLOLDO, A. Chamán, sanador, sabio. Barcelona, 2011, 3ª ed., Ed.  Obelisco, págs. 126-127).

En Fin, Salir de la mente y alcanzar el silencio interior nos acerca a nuestra esencia, al Ser, al Espíritu, al Amor, nos hace más humanos, más pacíficos, más amorosos y comprensivos, más capaces para mantener relaciones satisfactorias, más felices.

3 comentarios:

  1. Muy buenos recursos Edu. Muchas gracias por traerlos!

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  2. Por cierto, te olvidas de los Pases Energéticos: “El diálogo interno es lo que ata a las personas al mundo cotidiano. El mundo es de tal y cual manera sólo porque nos contamos que es de tal y cual manera”.


    “El intento de miles de chamanes se extiende a través de estos movimientos. Su ejecución, aun de manera casual, hace que la mente se detenga”.

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  3. Los pases energéticos, a mi ver, están contemplados en el punto 8, donde se habla de la tensegridad, según acuñó Carlos Castañeda, o pases mágicos, en la denominación de los chamanes del antiguo México.
    Cordialmente

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