Ilustración de la conexión |
"Ahora siga respirando, libremente, sin contener la respiración un solo segundo, a no ser, por supuesto, que esté bajo el agua, sometido al ataque de un gas venenoso o algo por el estilo.
En realidad es tan sencillo y directo como esto, la vida; tan solo siga respirando.
¿Demasiado elemental? ¿Le resulta muy sencillo? No hay solución mejor para la paz mental y el dominio de uno mismo en un instante y a su disposición que el ponerse al mando de la forma y manera en la que respirar. Hágalo con más lentitud: la mente hará lo mismo. Serene su respiración: sus pensamientos harán lo mismo. Calme la respiración, usted se calmará. Y deje que cada respiración lo acerque cada vez más al esplendor, el poder y la gloria del Tao, en el centro de su propio y verdadero yo.
Ahora está bendecido con el esplendor, el poder y la gloria de su propio yo".
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En: EL MÉDICO DESCALZO
Iluminación instantánea. 108 bendiciones.
Madrid, 2006, Ed. EDAF, pág. 237.
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