La humildad de la flor |
Al ver de los toltecas, personalizados en el nagual Don Juan contado por Castaneda, “La humildad del guerrero no es la humildad del mendigo. El guerrero no humilla la cabeza ante nadie y, al mismo tiempo, tampoco permite que nadie humille la cabeza ante él. El mendigo, en cambio, enseguida se arrodilla y se arrastra por los suelos ante cualquiera que considere más encumbrado, pero también exige que alguien aún más inferior haga lo mismo con él”.
Las enseñanzas de don Juan |
Desde el descubrimiento de Las enseñanzas de don Juan, libro regalado por otro Juan, la fascinación que he sentido por los valores y descripciones relatadas en la obra completa me ha hecho incorporar muchas de las afirmaciones a mi mundo interior. Una idea-guía muy tenida en cuenta ha sido la siguiente cita que sugiere evitar el lamento:
“Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a sí mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital”.
Una definición de humildad viene contenida en una cita muy celebrada puesta por Castaneda en boca de su benefactor:
“La
confianza del guerrero no es la confianza del hombre corriente. El
hombre corriente busca la certeza en los ojos del espectador y llama
a eso confianza en sí mismo. El guerrero busca la impecabilidad en
sus propios ojos y llama a eso humildad. El hombre corriente está
enganchado a sus semejantes, mientras que el guerrero sólo está
enganchado al infinito”.
Desde
la perspectiva de nuestra cultura, la humildad es la “Virtud que
consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades
y en obrar de acuerdo con este conocimiento” (RAE).
Otra acepción o significado para humildad es la de “Bajeza de
nacimiento o de otra cualquier especie” y también “Sumisión,
rendimiento” (RAE).
Si
bien he tratado de incorporar la humildad al universo de mi carácter
y conjunto de valores, es mi intención que esta no sea “de
garabato”, no sea una “humildad falsa y afectada” (RAE).
En el ámbito de los pecados capitales, demonios mentales, fuerzas del cerebro primitivo, la humildad es la virtud que se opone a la soberbia.
En el ámbito de los pecados capitales, demonios mentales, fuerzas del cerebro primitivo, la humildad es la virtud que se opone a la soberbia.
Citas
tomadas de La Rueda del tiempo, correspondientes al libro Relatos de
poder, ambos de Carlos Castaneda.
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