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miércoles, 6 de junio de 2012

Flor de Lys

Flor de Lys

Al llegar al lugar de la reunión (ver entrada de 28 de mayo) vi a Eduardo. Me presentó a Flor de Lys y a Aditi.
Estaban sentadas sobre una de las piedras del conjunto de restos arqueológicos en el Jardín del Turia.
De vivos ojos azules, cabello claro, y piel pecosa, Flor me transmitía paz y serenidad, confianza. Aditi, ternura y humildad.

Inicié un diálogo con Flor y comencé a satisfacer mi curiosidad.
Sí, el mandala es uno y sirve para todas las ciudades y lugares.

Sí, la información le fue facilitada por los seres intraterrenos ubicados en Pirineos aragoneses.

Sí, lo más importante es la información facilitada por el propio ser.

Sí, las ciudades de luz comienzan a ser una realidad después de más de 10 años de trabajo.

Comenzaron a venir los participantes y en breve se inició la reunión.

Flor comenzó repartiendo el mandala impreso a color invitándonos a sentirlo. Se creó un ambiente de paz y sosiego propicio para escuchar atentamente a Flor.

Con tono sosegado explicó que aun siendo de La Gomera, se vio realizando el proyecto de ciudad de luz en Zaragoza, al que se llamó Altamur.

Apoyada en una piedra vertical, recortada por las hojas de los árboles, iluminada por el sol, hablando desde el corazón, el encuentro me sugería las reuniones de quienes están atentos a quien tiene algo genuino que contar fruto de su propia experiencia.

Flor nos contó que la información le venía poco a poco y que el proyecto ha consumido varios años en su consolidación.

Nos habló de la energía del mandala, pura, crística, cristalina. Contó que en España ya hay unas 20 ciudades de luz, así como en Europa y Australia. Explicó que su función es atraer e irradiar luz y energía. Citó dos fechas significativas, el 21 de diciembre de 2012 y junio de 2013, como tiempos propicios para el aporte de luz y energía exterior, que sería recibida en los lugares donde ya están activadas las pirámides virtuales de luz.

Relató su propia experiencia y silenció informaciones que todavía no puede contar.

A mi pregunta, Flor respondió que se dio cuenta, desde de un principio, de que le ocurría algo extraordinario pues entraba en un estado de calma y amor, ajeno al momento de las preocupaciones cotidianas.



Altaval

Poco después nos organizamos en círculo, tomando por centro el lugar que ocupa el pilar central del mandala, lugar donde en su día se enterró un cuarzo de considerables dimensiones. Los últimos rayos solares de la tarde iluminaban el lugar.

Después de activarnos, Flor se separó del círculo y comenzó a dirigir la sesión. Siguiendo sus indicaciones, colocándonos en lugares precisos reprodujimos las partes más significativas del mandala, y la estrella de ocho puntas.

Ella, en el centro, rodeada de todos los participantes, activó la Ciudad de Luz de Valencia, Altaval.

Poco después dirigió una meditación para conectar con los seres intraterrenos de Dhalsivia, en Pirineos, seres que, según Ella, están deseando conectar con nosotros.

Concluida la meditación, ya de noche, me despedí de Flor, de Victoria Argote, y de dos jóvenes mujeres que habían venido a la reunión “de un pueblo de Tarragona”.

Tuve que irme, pues ya iba muy retrasado a la cita que había concertado con Satyana.

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