"Si pudiéramos aprender cómo distinguir qué pensamientos vienen de la Luz y qué pensamientos se originan en el Oponente, podríamos recuperar el control de nuestra vida".
A los efectos de obtener un discernimiento del origen de los pensamientos nacidos de la Luz y los generados por el Oponente, Yehuda Berg, en El poder de la kabbalah, escribe en su capítulo La guerra de audiencias la siguiente reflexión: