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sábado, 16 de agosto de 2025

Conciencia & mente / David R. Hawkins

 

Portada del libro


(...) "La conciencia es el campo atractor omniabarcante de poder ilimitado idéntico a la vida misma. Y todo lo que la mente crea es erróneo en un nivel superior de conciencia.


La mente se identifica con su contenido. Asume el mérito o la culpa de lo que recibe, porque sería humillante para su vanidad admitir que lo único que hace es experimentar y que, de hecho, solo experimenta el experimentar. La mente ni siquiera experimenta el mundo, solo lo que los sentidos le informan sobre él. Incluso los pensamientos brillantes y los sentimientos más profundos no son más que experiencias; en último término, solo tenemos una función: experimentar la experiencia.


La principal limitación de la conciencia es su inocencia. La conciencia es crédula, cree todo lo que oye. Es como un ordenador dispuesto a ejecutar cualquier programa que se le instale. Nunca perdemos la inocencia de la conciencia; continúa siendo ingenua y confiada, como un niño impresionable. Su único guardián es el discernimiento que escruta el programa entrante.


A lo largo de los siglos se ha visto que el mero hecho de observar la mente tiende a incrementar el nivel de conciencia. Una mente que es observada se hace más humilde y empieza a renunciar a sus pretensiones de omnisciencia: entonces se puede producir un crecimiento en la conciencia. Con la humildad viene la capacidad de reírse de uno mismo y de ser cada vez menos una víctima de la mente y más su maestro.


Pasamos de pensar que «somos» nuestra mente a empezar a ver que tenemos una mente, y que es la mente la que tiene pensamientos, creencias, sentimientos y opiniones. Al final, alcanzamos la comprensión de que hemos tomado prestados todos nuestros pensamientos de la gran base de datos de la conciencia, y de que nunca han sido nuestros. Recibimos, absorbemos y nos identificamos con los sistemas de pensamiento prevalecientes, y, en su debido momento, los reemplazamos por las nuevas ideas de moda. A medida que empezamos a valorar menos estas nociones transitorias, pierden su capacidad de dominarnos, y experimentamos la progresiva libertad de la mente y de nosotros con respecto a ella. Esto, a su vez, se convierte en una nueva fuente de placer. El propio placer de existir madura a medida que ascendemos en la escala de la conciencia".

Hawkins, D. R. 

El poder frente a la fuerza, págs.205-206

Ed. El Grano de Mostaza, 2014, Barcelona. P. 298.


A tomar conciencia doblemente recomienda la lectura de El poder frente a la fuerza de David R. Hawkins

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