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lunes, 9 de julio de 2018

Vida y Muerte

La mort d'Adonis*. / AGDJ



"El amor es como un pedo. 
Si hay que hacer fuerza es una mierda".

Oído en Adiós Arturo. La Cubana. Teatro Olympia, Valencia, 14.06.18.

A mi ver la muerte completa el misterio que equilibra la concepción y el nacimiento.



En Adiós Arturo, La Cubana consigue mediante el humor y canciones que se suceden asistir a un sepelio de cuerpo presente. El centenario Arturo va recibiendo visitas y homenajes de personas en las que causó una memoria indeleble y quieren brindarle su último adiós.


Eckhart Tolle

"A lo largo de los siglos, los sabios y los poetas han reconocido la cualidad onírica de la existencia humana: aparentemente tan sólida y real, y sin embargo tan efímera, que puede disolverse en cualquier momento. En la hora de tu muerte, la historia de tu vida puede parecerte como un sueño que está llegando a su fin. Sin embargo, hasta en un sueño tiene que haber una esencia que sea real. Debe haber una conciencia en la que ocurra el sueño, porque de otro modo no soñarías. Esa conciencia..., ¿la crea el cuerpo, o es la conciencia la que crea el sueño de un cuerpo, el sueño de ser alguien? ¿Por qué la mayoría de los que han revivido después de la muerte clínica han perdido el miedo a la muerte? Reflexiona sobre ello.

Por supuesto que sabes que vas a morir, pero eso no es más que un concepto mental hasta que te topes por primera vez con la muerte «en persona»: por medio de una enfermedad grave, de un accidente que te ocurre o le sucede a alguien cercano a ti o por el deceso de un ser querido, la muerte entra en tu vida haciendo que te des cuenta de tu propia mortalidad. La mayoría de las personas se alejan atemorizadas de la muerte; pero si no te acobardas y afrontas el hecho de que tu cuerpo es pasajero y podría desvanecerse en cualquier momento, se produce cierta desidentificación, por pequeña que sea, de tu forma física y psicológica, del «yo». Cuando ves y aceptas la naturaleza impermanente de todas las formas de vida, te sobreviene una extraña sensación de paz. Afrontando la muerte, tu conciencia se libera, en cierta medida, de la identificación con la forma. Por eso, en algunas tradiciones budistas los monjes visitan regularmente los cementerios para sentarse y meditar entre los difuntos. En las culturas occidentales, la negación de 1a muerte sigue estando muy extendida. Incluso la gente mayor trata de no hablar ni pensar en ella, y existe la costumbre de ocultar los cuerpos de los muertos. Una cultura que niega la muerte será inevitablemente superficial, pues sólo se preocupa por la forma externa de las cosas. Cuando se niega la muerte, la vida pierde su profundidad. La posibilidad de saber quiénes somos más allá del nombre y la forma, la dimensión trascendente, desaparece de nuestras vidas porque la muerte es la puerta a esa dimensión.

La gente suele sentirse incómoda con los finales, porque cada final es una pequeña muerte. Por eso, en muchas lenguas, la palabra «adiós» significa «volveremos a vernos».
Cuando una experiencia -una reunión de amigos, unas vacaciones, que tus hijos crezcan y se vayan de casa- llega a su fin, mueres un poco. La «forma» que esa experiencia tenía en tu conciencia se disuelve. Esto suele producir un sentimiento de vacío que muchas personas prefieren no sentir, no afrontar. Si puedes aprender a aceptar, e incluso a dar la bienvenida a los finales de tu vida, tal vez descubras que el sentimiento de vacío, que inicialmente te pareció incómodo, se convierte en una sensación de espacio interno que es profundamente apacible. Aprendiendo a morir diariamente de este modo, te abres a la Vida.

La mayoría de las personas sienten que su identidad, su sentido del yo, es algo increíblemente precioso que no quieren perder. Por eso tienen tanto miedo a la muerte. Parece inimaginable y pavoroso que el «yo» pudiera dejar de existir. Pero confundes ese precioso «yo» con tu nombre y tu forma, y con la historia asociada a él. Ese «yo» no es más que una formación temporal en el campo de conciencia. Mientras sólo conozcas la identidad vinculada a la forma, no serás consciente de que esa preciosidad es tu propia esencia, tu sentido Yo Soy más interno que es la conciencia misma. Es lo eterno en ti, y eso es lo único que no puedes perder.

Cada vez que se produce una gran pérdida en tu vida -como la pérdida de posesiones, de tu hogar, de una relación íntima; o la pérdida de tu reputación, de tu trabajo o de tus capacidades físicas-, algo muere dentro de ti. Sientes que mengua tu sentido de identidad. También podrías sentir cierta desorientación. «Sin esto..., ¿quién soy yo?» Cuando una forma con la que te habías identificado inconscientemente y que considerabas parte de ti te deja o se desvanece, eso puede ser muy doloroso. Podría decirse que deja un agujero en la trama de tu existencia. Cuando te ocurra algo así, no niegues ni ignores el dolor o la tristeza que sientes. Acepta que están ahí. Date cuenta de la tendencia de la mente a construir una historia en torno a esa pérdida en la que se te asigna el papel de víctima. El miedo, la ira, el resentimiento o la autocompasión son las emociones que acompañan a ese papel. A continuación, registra de lo que está detrás de esas emociones y detrás de la historia fabricada por la mente: ese agujero, ese espacio vacío. ¿Puedes afrontar y aceptar esa extraña sensación de vacío? Si lo haces, tal vez descubras que ya no te da miedo. Quizá te sorprenda descubrir la paz que emana de él. Cada vez que se produce una muerte, cada vez que una forma de vida se desvanece, Dios, el informe e inmanifestado, brilla a través de la abertura dejada por la forma disuelta. Por eso lo más sagrado de la vida es la muerte. Por eso la paz de Dios puede llegar hasta ti en la contemplación y en la aceptación de la muerte.

(...)

A los veinte años eres consciente de tener un cuerpo fuerte y vigoroso; sesenta años después eres consciente de tener un cuerpo envejecido y débil. Es posible que tu forma de pensar también haya cambiado desde que tenías veinte años, pero la conciencia que sabe que tu cuerpo es joven o viejo, o que tu y tu forma de pensar no es la misma, no ha cambiado. Esa conciencia es lo eterno en ti: la conciencia misma. Es la Vida Una sin forma. ¿Puedes perderla? No, porque eres Ella. 

(...)

La muerte no es una anomalía ni el suceso más negativo, como la cultura moderna quiere hacernos creer, sino la cosa más natural del mundo, inseparable de - y tan natural como- su opuesto polar, el nacimiento. Recuérdalo cuando estés sentado junto a un moribundo. 
Estar presente como testigo y compañero en la muerte de una persona es un gran privilegio y un acto sagrado". (...)

TOLLE, E.
El silencio habla
Madrid, 2003, Gaia Ed., págs. 104-112. 


Carne data vermes.
Marta Inés Saloña Bordas entomóloga forense y profesora titular de la Universidad del País Vasco UPV/EHU, explica en este artículo las transformaciones biológicas de la materia del ser que acaba de morir.
¿Qué ocurre después de la muerte? EPD 12.06.18

Para quienes quieran ayudar a la transferencia de conciencia de un ser querido, Óscar Mateo proporciona una guía práctica excelente.

Amigo Carlos Rizzi me da a conocer al uruguayo José Carbajal cantando La muerte.









EL ROTO / EPD 15JUL18


Reflexiones sobre tomar consciencia de que en cualquier momento podemos morir. Por Anaís Fons, en su blog mentaliz|arte.
Tal vez muera mañana


NOTA
Las palabras en rojo son enlaces que llevan a otras entradas relacionadas con su significado.

La mort d'Adonis, de la galerie de S.A.S. monseigneur le duc d'Orléans, École Venitienne [graphic] / peint par Paul Veronese ; dessiné par Borel ; gravé par Patas.

2 comentarios:

  1. En un corro de niños adolescentes, una noche, la de un tibio febrero austral y a la luz del "farolito" de la esquina del barrio que nací. Mi hermano Luis en un arrebaton de lucidez juvenil, expresó la frase más simple y genial que jamás había oÍdo de boca de un niño de 12 años, para definir la vida, que era el tema que nos llenaba de insomnio aquella noche estival. "La vida , la vida, es lo que va desde que nacemos hasta que morimos..." El silencio duro tres segundos las risas hasta hoy.

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  2. Gracias por compartir recuerdos vivos de la infancia.
    He recordado el guioncito.
    Alguien dijo que la vida es la raya, el guión que separa, en las lápidas del cementerio, la fecha del nacimiento y la del fallecimiento.
    Cordialmente

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