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martes, 6 de noviembre de 2012

Naturaleza de la mente

Buda

A modo de continuación de la entrada Sem y Rigpa, se transcribe otra cita de Sogyal Rinpoché*. Dice así:

"Es interesante observar que «budista», en tibetano, se dice nangpa. Esta palabra significa «persona interior»; es decir, una persona que no busca la verdad fuera, sino dentro de la naturaleza de la mente.
Todas las enseñanzas y prácticas del budismo se dirigen a este único punto: a contemplar la naturaleza de la mente, y de este modo liberarnos del miedo a la muerte y ayudarnos a conocer la verdad de la vida".

"Mirar hacia dentro nos exigirá una gran sutileza y un gran valor; nada menos que un cambio completo en nuestra actitud ante la vida y la mente. Estamos tan habituados a mirar hacia fuera que hemos perdido casi por completo el acceso a nuestro ser interior. Nos asusta mirar hacia dentro, porque nuestra cultura no nos ha dado ninguna idea de lo que vamos a encontrar.
Incluso podemos pensar que si lo hacemos nos exponemos a la locura. Esta es una de las últimas y más logradas trampas de nuestro ego para impedir que descubramos nuestra auténtica naturaleza".

Mente infantil

Perfección
Sogyal escribe "...verdad central de las enseñanzas de Buda: todos somos ya esencialmente perfectos".

Iluminación
"Aun si se nos ocurriera pensar en la posibilidad de la Iluminación, un simple vistazo a lo que compone nuestra mente ordinaria [sem] (ira, codicia, celos, rencor, crueldad, lujuria, miedo, ansiedad y confusión) podría excluir para siempre toda esperanza de alcanzarla, si no se nos hubiera hablado de la naturaleza de la mente y de la posibilidad de llegar a conocer dicha naturaleza más allá de cualquier duda".
"La Iluminación, como ya he dicho, es real, y todos nosotros, seamos quienes seamos, con una práctica adecuada y en las circunstancias adecuadas, podemos comprender la naturaleza de la mente y de este modo llegar a conocer en nosotros mismos aquello que es inmortal y eternamente puro. Esta es la promesa de todas las tradiciones místicas del planeta, y se ha cumplido y sigue cumpliéndose en incalculables millares de vidas humanas".
"Lo maravilloso de esta promesa es que no se trata de algo exótico ni fantástico ni reservado a una élite, sino que es para toda la humanidad, y cuando la comprendemos, nos dicen los maestros, resulta inesperadamente vulgar. La verdad espiritual no es algo complejo ni esotérico, sino que, de hecho, es simple sentido común. Cuando se comprende la naturaleza de la mente, se desprenden las capas de confusión. En realidad, no se «convierte » uno en un buda, sino que, sencillamente, va cesando poco a poco de estar engañado. Y ser un buda no es ser una especie de superhombre espiritual omnipotente, sino llegar a ser por fin un verdadero ser humano".

Pintura tibetana o Thanka
mostrando la rueda de la vida
y los reinos del saṃsāra

"Una de las mayores tradiciones budistas denomina a la naturaleza de la mente «la sabiduría de lo ordinario». Es imposible insistir lo suficiente: nuestra verdadera naturaleza y la naturaleza de todos los seres no es algo extraordinario. La ironía está en que lo extraordinario es nuestro mundo supuestamente ordinario, esa fantástica y compleja alucinación de la visión engañosa del samsara. Es esta visión «extraordinaria» la que nos ciega a la naturaleza inherente y «ordinaria» de la mente. Imaginemos que los budas estuvieran contemplándonos en este mismo instante: ¡cómo se asombrarían tristemente ante la complejidad y el ingenio letal de nuestra confusión! A veces, y puesto que somos tan innecesariamente complicados, cuando un maestro nos introduce en la naturaleza de la mente, lo encontramos demasiado sencillo para creerlo. Nuestra mente ordinaria nos dice que no puede ser así, que tiene que haber algo más. Por fuerza tiene que ser más «glorioso», con grandes luminarias en el espacio que nos rodea, ángeles de cabellera dorada volando a nuestro encuentro y una resonante voz que proclama: «Acaba de ser usted introducido a la naturaleza de su mente». No hay tal espectáculo".



Intelecto

"Puesto que en nuestra cultura se valora exageradamente el intelecto, podemos suponer que para alcanzar la Iluminación hace falta una inteligencia extraordinaria. En realidad, muchas clases de inteligencia sólo implican mayor obscurecimiento. Un proverbio tibetano dice: «Si eres demasiado listo puedes marrar por completo»

Patrul Rinpoché señaló: «La mente lógica parece interesante, pero es la simiente de la confusión».

* Tomado del capítulo 4 de El libro tibetano de la vida y de la muerte de Sogyal Rinpoché.

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